miércoles, 24 de diciembre de 2008

La ENT ofrece Historia de Muri, un lémur con mochila estas navidades en su tradicional cuento con chocolate

La Escuela Navarra de Teatro estrena estas Navidades Historia de Muri, un lémur con mochila, de Javier Icue-Argandoña, obra ganadora del último concurso de textos teatrales dirigidos a niños organizado convocado por el Ayuntamiento de Pamplona y la ENT.

La obra se pone en escena los días viernes 26, sábado 27, domingo 28, lunes 29 y martes 30 de diciembre, y el viernes 2, sábado 3 y domingo 4 de enero a las 18.30 horas). La entrada cuesta 6 euros e incluye la tradicional meriensa de bizcochos con chocolate. La taquilla estará abierta desde las 17.00 horas.

Actúan Xabier Artieda, Naiara Carmona, Estefanía de Paz, Maialen Díaz, Javier Lizaur, Maitane Pérez, Igor Razkin, Sergio Salinas, Edurne Segura, Julio Terrazas y Laura Villanueva, dirigidos por Ramón Vidal.

La representación narra la historia de Muri, un lémur que vive una situación familiar complicada puesto que sus padres se han divorciado y no lo lleva demasiado bien. Para animarle, su abuela le regala un collar que posee poderes mágicos y que le permitirá vivir aventuras en lugares tan diferentes como su propia casa, una isla, el interior de un diccionario, el fondo del mar o un tablero de ajedrez gigante. Estos viajes le servirán para conocerse mejor y llenar su mochila de experiencias que le harán sentirse más feliz.

La obra cuenta con once actores y un escenario "vacío" y sin vestuario, según el director, Ramón Vidal, lo que también obligará al público infantil, "uno de los más exigentes", a hacer un ejercicio de imaginación. "Nosotros a la hora de abordar el trabajo quisimos ir en una dirección completamente diferente. Aprovechando que contamos con un elenco muy numeroso pensamos en ponernos dificultades para ver si podíamos encontrar un estilo determinado. Las dificultades eran que no había nada de escenografía y el espacio iba a estar vacío, no iba a haber un vestuario que sugiriese los distintos personajes. Iban de calle y los once intérpretes permanecerían todo el rato en escena. Dicho así queda bonito, pero en la práctica ha sido un trabajo duro. Sin embargo, ha servido para que tengan que echar mano de una imaginación y creatividad a prueba de bomba ¿cómo hacer un dinosaurio o un león sin disfraz? Los actores tienen que recrear lo que ocurre en escena con sus cuerpos; tampoco hay objetos de atrezo, todo parte de ellos: su juego corporal, su voz... Además, hemos hecho una pantalla en la que se hacen proyecciones y está construida por 32 cuadrados; simboliza el momento que Muri está viviendo, y a medida que pasa por varias historias los cuadrados van desapareciendo para reconstruirse de nuevo al final", explicó Vidal.

Por otra parte la música es un elemento que cobra mucho protagonismo. En la obra se ha incluido un piano en escena (que toca Maitane Pérez, una de las actrices), y la letra y melodía de las canciones que aparecen son creaciones originales de una parte de los intérpretes (Julio Terrazas, Igor Razkin, Javier Lizaur, Sergio Salinas y Xabier Artieda). "La música en directo no estaba sugerida en el texto, aunque sí alguna canción. Aprovechamos el personaje de la abuela como hilo conductor y sombra que le acompaña durante todo el viaje. Con esa idea introdujimos el piano y las canciones corales", resaltó Vidal.

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