miércoles, 31 de enero de 2007

Tres conciertos de música clásica recomendados para los próximos días

Martes 6, a las 20 horas, en BALUARTE.
CONCIERTO DE CICLO DE LA ORQUESTA SINFÓNICA DE EUSKADI. Programa:
Copland: El Salón Mexico
Gershwin: I Got Rhythm (variaciones)
Gershwin: An American in Paris
L. Bernstein: Wonderful Town: obertura
Gershwin: Lullaby para cuerdas
Bernstein: Prelude, Fugue and Riffs
A. Copland: Billy the Kid, suite
El pianista y director Wayne Marshall es un viejo conocido de la OSE. Dirige a los tres grandes del repertorio americano: Copland, Gershwin y Bernstein. Tres pilares fundamentales para entender todo lo que de fusión hay en esta música. Pero también para viajar sin maletas: a México y a París. Programa cosmopolita al que no le faltará el ritmo acelerado del país americano, ni su singular acento.


Miércoles 7 de febrero, a las 20 horas. BALUARTE. Primer concierto de la nueva temporada del Palacio de Congresos y Auditorio.
ROYAL PHILHARMONIC ORQUESTA, dirigida por Leonard Slatkin.
La Royal Philharmonic Orchestra celebra su 60º aniversario durante la temporada 2006-2007, interpretará, bajo la batuta del director estadounidense Leonard Slatkin y con el violinista canadiense Alexandre da Costa como solista, estas obras:
W.A. MOZART Obertura de La flauta mágica KV.620
MAX BRUCH Concierto para Violín y Orchestra Nº 1 en Sol menor op. 26
DVORAK Sinfonía no. 9 en Mi menor op. 95 “Del nuevo mundo”

Las entradas para el concierto se pueden adquirir en taquilla, en el 902 33 22 11 y en la web de Baluarte a un precio de 34, 28 y 20 euros.


Miércoles 7. CIVICAN. A las 20.00
Música barroca para flauta y clavecín, Música de cámara interpretada por Xavier Relats (flauta) y Pedro José Rodríguez (clavecín). .Gratuito previa retirada de invitación una hora antes.

Programación completa del ciclo Golfos 2007 de la ENT

La Escuela Navarra de Teatro ha presentado el ciclo Golfos 2007. 8 espectáculos a 8 euros cada uno, para los próximos fines de semana. Siempre a las 20 horas.

Domingo 4 de febrero. Psicosis Gonsales representa A los cincuenta perdí la cuenta.

Sábado 10 y domingo 11 de febrero Mal parto me raya. Carlos Mô se encarga de producir, escribir e interpretar este monólogo que llegará a Pamplona los días.

Sábado 17 y domingo 18 de febrero La tienda de los horrores. La compañía navarra de teatro La Bolla ha producido esta obra que está dirigida por Ana Maestrojuán. Basada en el clásico del cine dirigido por Roger Corman, esta versión se mantiene fiel al filme original.

Sábado 24 y domingo 25 de febrero: A la que suelto. Con esta obra el dúo Las Pituister (María Jesús Gutiérrez y María Jesús Hernando) traen a Pamplona su humor blanco, absurdo y gamberro.

Sábado 3 y domingo 4 de marzo: Que la muerte te acompañe. Creada por T'ombligo Teatro, este cabaret vampírico habla sobre lo que todavía nos queda por vivir. Interpretado por Virginia Senosiáin.

Sábado 10 de marzo Concierto de Adriana Olmedo. Presentará en directo las canciones de su segundo disco, Con los pies en la tierra. Estará acompañada por Javier Bruna (guitarra), Juan Melgarejo (batería), David Zarzosa (bajo y contrabajo), Truri (guitarras y teclados), Koki (saxofón), Chema Gil (bajo) y Nerea Cristóbal (coros).

Domingo 11 de marzo En directo 2, o algo así. Escrito, interpretado y dirigido por Matxin, el espectáculo mezcla el humor absurdo y la crítica inocente utilizando las técnicas del mimo y del clown.

Sábado 17 y domingo 18 de marzo En la lengua floja. Espectáculo juglaresco caracterizado por el humor y el ingenio creado por la Compañía La Pai. Dirigido por Blanca Resano e interpretado por Oswaldo Felipe e Ignacio Alfayé.

martes, 30 de enero de 2007

Ya hay finalistas a los Premios Max

Mejor director: Joaquin Solans por Antígona tiene un plan; Lluis Pascual por Hamlet y José María Pou por La cabra.

Mejor espectáculo de Teatro. Construyendo a Verónica, de Bramant Teatre /Festival VEO; Hamlet , del Teatro Arriaga Antzokia Bilbao, Teatro Español, Teatre Lliure Barcelona, 30 Festival Barcelona Grec; La Cabra o qui és Sylvia? , de Stage Door, Teatre Romea.

Mejor espectáculo de teatro musical. Antígona tiene un plan, de Jana Producciones SA y Escena Miriñaque; Black el Payaso, de Teatro Español; y El Mikado, de Dagoll Dagom.

Mejor Espectáculo de Danza. 13 Rosas, de Arrieritos-flamenco SL; J'arrive...!, de La Llave Maestra Producciones Artísticas, Teatre Nacional de Catalunya, Marta Carrasco, Pep Bou Produccions y La Zona Films; La Prima de Chita, de Sol Pico Cia de Danza, SL.

Mejor actriz protagonista. Clara Segura por La Felicitat, Cristina Llorente por Antígona tiene un plan y Laia Marull por Nina.

Mejor actor protagonista. Eduard Fernández por Hamlet , Jacobo Muñoz por Antígona tiene un plan y Josep Maria Pou por La Cabra o qui és Sylvia?.

Mejor intérprete femenina de danza. Marta Carrasco por J'arrive...!, Sol Pico por La Prima de Chita y Teresa Nieto por Ni palante ni patrás (no hay manera, oiga...).

Mejor intérprete masculino de danza. Adrian Devant por J'arrive...!, Jesús Caramés por Ni palante ni patrás (no hay manera, oiga...) y Toni Aparisi por Alma.

Mejor autor teatral en euskera. Jokin Oregi por Ezin dut egia esan, Maite Agirre por Neska politak artasoro alaiak y Patxo Telleria por Larru Haizetara.

Mejor autor teatral en castellano. Javier Muñoz por Antígona tiene un plan, José Ramón Fernández por Nina y Lluïsa Cunillé por Barcelona Mapa de Sombras.

El musical Antígona tiene una plan y la obra Peer Gynt , parten como favoritos, con 11 y 9 candidaturas, respectivamente, para los Premios Max de las Artes Escénicas, que este año celebran su décimo aniversario y que se entregarán el lunes 16 de abril en el transcurso de una gala en el Palacio Euskalduna de Bilbao.

En esta edición han entrado en liza 214 espectáculos, lo que supone un incremento respecto del año anterior, según las cifras de SGAE, que recuerda que en estos 10 años de historia han competido por los galardones 1.688 candidatos.

Está previsto que la fiesta de finalistas sea el 12 de marzo y que TVE retransmita íntegra y en directo la gala del Palacio Euskalduna de Bilbao.

La producción de la Fundación Teatro Gayarre La casa de Bernarda Alba, escrita por Federico García Lorca, ha conseguido una nominación a los Max en la categoría de Mejor espectáculo revelación. La obra está dirigida por Carme Portaceli y cuenta con un elenco de actores entre los que destacan Marta Juániz, Emi Ekay o Maiken Beitia, Carol Verano, Leire Barkos, Montse Zabalza, Belén Otxotorena, Leire Ruiz y Pilar Munárriz.

"Arte", de Yasmina Reza, en euskera, en la ENT

Arte , la obra de Yasmina Reza que popularizó Flotats en su versión teatral, llega ahora a Pamplona y en euskera, de la mano de la compañía guipuzcoana Txalo Produkzioak. Artea se representará este jueves 1 de febrero a las 20.30 horas en la Escuela Navarra de Teatro, y abrirá así el ciclo en euskera para adultos Antzerki Aroa que organiza el Ayuntamiento de Pamplona en colaboración con la ENT.
Las entradas para asistir a la obra cuestan 6 euros (4,20 para alumnos de euskaltegis), y pueden reservarse en www.laescueladeteatro.com o adquirirse en taquilla, de forma anticipada o el mismo jueves desde media hora antes de que dé comienzo la función.
Txalo Produkzioak, con Asier Hormaza, Joseba Apaolaza y Ramón Agirre, bajo la dirección de Carlos Zabala, llevará a escena esta versión de la obra, traducida al euskera por Julia Marín. Una versión "más cercana" porque localiza a los personajes en Euskadi y "porque, a pesar de ser dialéctica y tener un contenido muy culto, es asequible para todos los públicos", cuenta Apaolaza, quien asegura que, "aunque se han limado algunos diálogos para hacer el lenguaje más directo, la obra no traiciona en absoluto la esencia del texto original".
La discusión que se produce entre tres amigos, Sergio, Marcos e Iván, a raíz de que uno de ellos compra un cuadro moderno totalmente blanco, "es el leit motiv de Arte , que deriva en una crisis sobre la amistad", cuenta Asier Hormaza. Así, la obra se sirve de un tema tan concreto como la subjetividad en el arte para provocar una reflexión sobre las relaciones humanas. "Los personajes pasan por muchos estados anímicos, lo que enriquece la obra, la hace muy viva. Y el espectador lo agradece porque eso le hace estar despierto ante lo que está viendo", explica Hormaza.
Txalo Produkzioak lleva cuatro meses representando Artea en la Comunidad Autónoma Vasca. La del jueves será su primera incursión en Navarra, y todo apunta a que la obra tendrá, como hasta ahora,"muy buena acogida". "Hemos hecho una media de diez funciones por mes, y eso está muy bien para cualquier espectáculo, pero más aún para una obra que se representa en euskera", dicen los actores. La clave, apuntan, "un texto muy bueno que nos arropa, y una traducción espléndida.

Teatro de humor en Burlada en marzo y abril

La Casa de Cultura de Burlada anuncia teatro de humor, sin grandes pretensiones de calidad, para los meses de marzo y abril. Un ciclo dirigido a la gente joven.

PROGRAMACIÓN:

Domingo 4 de marzo: Las que faltaban, 11 monólogos interpretados por Antonia San Juan, con motivo de la celebración, el 8 de ese mismo mes, del Día Internacional de la Mujer.

Sábado 17 de marzo: La cueva de los ladrones, de Kanpingags. Una comedia negra ácida y entrañable sobre cuatro personajes que cruzan sus vidas a causa de su obsesión por las terapias.

Viernes 30 de marzo: El vendedor de tiempo, de ADOS TEATROA. De los creadores de Las mujeres de verdad tienen curvas y Como agua para chocolate, esta comedia musical, basada en el best seller de Fernando Trías de Bes, cuenta la historia de un tipo corriente que se ve obligado a realizar un trabajo que detesta para poder pagar una hipoteca de 35 años. Uno de los alicientes será ver a dos actores navarros sobre el escenario.

Viernes 13 de abril: A los cincuenta... perdí la cuenta, de Psicosis Gonsales. Un cabaret moderno, transgresor y musical, dirigido a los que superaron las crisis de los 20, los 30, los 40, los 50… y que han perdido la cuenta. Tercera ocasión en que se podrá ver en Navarra.

Viernes 20 de abril: El secreto de las mujeres punto G, de Ambigu Producciones. Cuenta la historia de un hombre con una infancia marcada por su convivencia exclusiva con mujeres y por un acentuado sentimiento de baja autoestima.

Sábado 28 de abril: Mandíbula afilada, de Vania Produccions. Dirigida por Paco Mir, trata sobre Juan, un joven de unos 40 años que recibe la visita de una antigua novia unos días antes de que ésta se case con un amigo común.

ENTRADAS:

Las entradas, a 8 euros.
Abono completo, que incluye seis espectáculos, con un 20% de descuento (38,40 euros).
Medio abono, con tres espectáculos a elegir, un 10% de descuento (43,20 euros).
Tanto las entradas como los abonos ya se pueden adquirir por teléfono a través del 012 infolocal.

Todas las funciones se representarán a las 20.00 horas en la Casa de Cultura de Burlada, donde se pondrá un servicio de guardería gratuito a disposición de aquellos padres y madres que deseen acudir a las funciones.

domingo, 28 de enero de 2007

La navarra Leire Ruiz estrena "Han matado a Prokopius"

La joven actriz navarra Leire Ruiz (Pamplona, 1983) acaba de estrenar en el Teatro Principal de San Sebastián, en un reparto encabezado por Fernando Sansegundo, y dirección de Francisco Vidal, ¡Han matado a Prokopius!, de Alfonso Sastre, primer montaje de una obra de teatro político.
Leire procede del taller de teatro de Zizur Mayor y se ha formado con Marta Juániz y Miguel Munárriz, antes de continuar su formación en el laboratorio de William Layton. Su primer montaje como profesional fue La casa de Bernarda Alba, producción del Teatro Gayarre de 2005 que es candidata al premio Max al Mejor espectáculo revelación en la edición de 2007.
Francisco Vidal la vio sobre el escenario del Teatro Español haciendo la obra de Lorca y la llamó para este montaje, lo que supone en definitiva un nuevo éxito de las producciones del Teatro Gayarre.
Felicidades.
Ana Oliveira la entrevista en Diario de Noticias. Puedes leerla aquí.
En ¡Han matado a Prokopius!, Fernando Sansegundo da vida al comisario Isidro Rodes, encargado de la investigación del asesinato de un diputado de Herri Batasuna en Madrid. Corre el año 1987 y el policía, de ideología falangista, inicia sus pesquisas junto a su joven compañera, Pepita Luján, hija de un comunista ajusticiado durante la dictadura de Franco, a la que encarna la pamplonesa Leire Ruiz.
La obra supone el regreso a los escenarios de Alfonso Sastre, un gran autor pero vetado en muchos círculos y que no protagonizaba un estreno desde hace once años. En esta ocasión, el dramaturgo madrileño afincado en Hondarribia aborda una historia con la que quiere rendir homenaje al género policíaco que tanto le gusta, a la vez que cambia de registro. No en vano, como él mismo dice, hasta ahora había escrito "tragedias con hechos divertidos" y, con ¡Han matado a Prokopius!, apuesta por la "comedia compleja que trata temas graves".
Francisco Vidal dirige este montaje cuyo elenco completan Almudena Moreno, Maite Jiménez, Ana María Ventura, José Hervás, Juan Garrido y Julián Navarro. Produce Justo Alonso, de la compañía Teatreros.
Juan Carlos Pérez de la Fuente prepara para su estreno otra magnífica obra de este autor, la tragedia ¿Donde estás Ulalume, dónde estás? Ya comentaré más adelante sobre este montaje.

viernes, 26 de enero de 2007

Salvemos el Teatro Albéniz

Desde hace tiempo, un montón de gente de la cultura está intentando salvar una de las "catedrales" españolas de las artes escénicas, el Teatro Albéniz de Madrid. La especulación lo cerca. Hay un blog donde se recaban apoyos. Pincha aquí para leerlo.

La "Bernarda Alba" del Gayarre, candidata al premio Max en la categoría Espectáculo Revelación

La producción de la Fundación Municipal Teatro Gayarre y Gobierno de Navarra La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, ha sido nominada a los PREMIOS MAX 2007 en la categoría de MEJOR ESPECTÁCULO REVELACIÓN. Los premios Max, que este año cumplen su décima edición, son votados por los profesionales de las artes escénicas.
A estos premios, que tienen la forma de una simpática manzana tocada con un antifaz diseñada por el poeta y artista Joan Brossa, concurren todos los espectáculos estrenados o reestrenados en la temporada anterior, junto a sus autores, traductores, adaptadores, compositores, directores, coreógrafos, escenógrafos, figurinistas, productores, actores e intérpretes de danza que hayan formado parte de éstos.
Los premios Max, cuya entrega tendrá lugar el 16 de abril en el Palacio Euskalduna de Bilbao, son el principal galardón que se concede a los artistas y trabajos vinculados a las artes escénicas de nuestro país y son equivalentes a otros premios europeos como los Molière en Francia o los Olivier en Gran Bretaña. Su objetivo, en última instancia, es reconocer la labor de los profesionales y autores de este colectivo artístico así como para difundir los últimos trabajos del sector.
El Teatro Gayarre acogió el estreno de esta producción de la Fundación Municipal Teatro Gayarre y Gobierno de Navarra los días 6, 7 y 8 de octubre de 2005. Dirigida por Carme Portaceli, cuenta con un elenco formado por las actrices Marta Juániz, Emi Ekay, Maiken Beitia, Carol Verano, Leire Barkos, Montse Zabalza, Belén Otxotorena, Leire Ruiz y Pilar Munárriz. La ficha artística se completa con Paco Azorín (escenografía e iluminación), Javier Sáez Istilart (vestuario), Becky Siegel (movimiento) y Paco Iglesias (espacio sonoro).
Tras ese estreno, la obra inició una gira por doce casas de cultura de Navarra y se exhibió en 2006 en Madrid en el Teatro Español y fue seleccionada para participar en el Festival de Verano de Sagunto.
La casa de Bernarda Alba está considerada una de las mejores obras de toda la literatura dramática. La obra representa el enfrentamiento entre la moral autoritaria, rígida y convencional y el deseo de libertad; refleja sentimientos encontrados que dan origen a un mundo de falsas apariencias, odios y envidias. La autoridad, la falsa moral, la envidia, los celos, las pasiones, el amor, las mentiras, la violencia, la muerte, la represión de los deseos, el silencio... Aquí, como en toda la obra de Lorca se revela su gran capacidad para escudriñar el alma humana. Esta pieza, junto con Bodas de sangre y Yerma, forma la trilogía de tragedias escritas por García Lorca.

jueves, 25 de enero de 2007

La Coral de Cámara de Pamplona canta en Deniá

La formación "Nova Lux Ensemble" de la Coral de Cámara de Pamplona ofrecerá un concierto el viernes 26 de enero a las 20:30 horas en la Iglesia del convento de las Agustinas de Dénia. Nos lo hace saber su gerencia, que trabaja muy bien.
Nova Lux ofrecerá el concierto inaugural del ciclo Música al convento de las Agustinas organizado por el Ayuntamiento de Dénia. En esta ocasión Nova Lux interpretará un repertorio intercalando “ensaladas” y “madrigales” de Mateo Flecha “el Viejo” (1481-1553) y Mateo Flecha “el Joven” (ca.1530-1604), así como una ensalada de Sebastián Aguilera de Heredia (1561-1627) para órgano solo.
Junto a Nova Lux intervendrá el organista Daniel Oyarzábal, dirigidos todos ellos por Daniel Oyarzábal.
Prometo enterarme de qué es exactamente una "ensalada" musical. En cuanto sepa algo, os lo comunico.

Buenas noticias: leemos más

El índice de lectura en el Estado español supera la media de los tres últimos años, según los datos sobre hábitos de lectura y compra de libros reflejados por el Barómetros elaborado por Precisa Research para la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) con el patrocinio del Ministerio de Cultura.
En este informe se indica que el porcentaje de personas mayores de 14 años que leen libros en el Estado se situó en el 55,5% de la población en 2006, lo que en términos de población supone 21,1 millones de lectores. El índice de lectura es ligeramente superior a la media de los últimos tres años (55,0%), un 0,5% más.
De ellos, el 39,6% se declara lectores frecuentes al leer todos o casi todos los días o al menos unas dos veces por semana y el 15,9% se define como lectores ocasionales y lee libros al menos una vez al mes o al trimestre. Si además de los lectores se tienen en cuenta aquellas personas consideradas no lectoras pero que afirman haber leído al menos un libro en el último año, el índice de lectura daría un salto del 55,5% al 60,8%, que elevaría la cifra de lectores que han leído al menos un libro en los últimos doce meses a 23,2 millones.
Sólo un dato malo en esta estadística, el libro más leído es El código Da Vinci de Dan Brown, pero mejor leer eso que nada, sigue siendo el título también más comprado, seguido de La sombra del viento, de Carlos Ruíz Zafón, que es un libro que no está nada mal.
Hay tres grandes grupos según el número de libros que leen a lo largo del año: El 28,0% lee entre 1 y 4 libros al año; el 21,7% lee entre 5 y 12 libros al año; el 10,1% leen más de 12 libros al año; el 1,0% no sabe o no contesta.
Entre los lectores frecuentes lo más habitual es que lean entre 5 y 8 libros al año y, entre los lectores ocasionales esa cifra se reduce: entre 2 y 4 libros.

ELLAS LEEN MÁS.
Por sexos y grupos de edad, las mujeres y los jóvenes entre 14 y 24 años lideran sus respectivas clasificaciones. El porcentaje de féminas que leen es claramente superior al de los hombres con el 59,6% y el 51,4% respectivamente, mientras que por franja de población, los jóvenes entre 14 y 24 años son los que más leen (72,1%), entre otras cosas porque a esa edad la lectura de libros es obligada por los estudios, seguidos por los de entre 25 y 34 años (66,1%).
Entre las personas de 35 a 44 años este porcentaje se reduce al 60,1% y este descenso aumenta a medida que crece la franja de edad: 56,2% entre 45-54 años; 48,3% entre 55-64 años; y 31,1% entre 65 y más años. El informe señala también que cuando se pregunta por el último libro leído, el 45,4% de los entrevistados asegura haber comprado el libro y un 22,1% haberlo conseguido como regalo. De ello se deduce que el 67,5% de los libros habrían sido comprados para uso personal o regalo.

INDUSTRIA POTENTE.
En el Estado, la industria editorial mueve unos 4.000 millones de euros anuales, un 0,7% del PIB, y da empleo a más de 30.000 personas. Las 776 empresas editoriales agrupadas en la FGEE a lo largo de 2005 editaron más de 321 millones de libros y una cifra próxima a los 70.000 títulos, con una tirada media por ejemplar de más de 4.600

Nueva función en Alsasua de Tarima Beltza Teatro

Tras el éxito obtenido por Tarima Beltza Teatro en su estreno como grupo, cuando en las dos funciones del 13 de enero hubo lleno total y mucha gente sin entradas para ver la obra, el grupo alsasuarra volverá a representar en el Centro Cultural Iortia el sábado 3 de febrero a las 20.30 horas el montaje La familia Malumbres y sus farsas , la historia de una familia de cómicos que llega a la villa para representar una función; teatro dentro del teatro, con situaciones divertidas y un toque surrealista aunque también tiene un trasfondo social.
El montaje se basa en la obra Farsas maravillosas, de Alfonso Zurro, adaptada por Jon Barbarín, director a su vez del montaje.
A diferencia de las otras funciones, en la que se representaron tres farsas, en esta ocasión se representarán las cuatro, ofreciendo el montaje completo.
Las entradas ya están a la venta en el centro Iortia.

miércoles, 24 de enero de 2007

Concierto gratuito: "La sonata en el Barroco"

Desde Civican, una lectora manda un comentario que convierto en entrada. Invita a un concierto de música clásica que tendrá lugar el jueves 24, a las 20 horas, en el centro cívico de Caja Navarra, en la avenida de Pío XII, junto a la Vuelta del Castillo.
Espero que la nevada no impida la asistencia.
Ahí van los datos:

TÍTULO: La sonata en el barroco
GRUPO: Danserie
PRECIO: Entrada gratuita pero con la correspondiente invitación que se podrá retirar el mismo día 24 de enero desde las 19:00 horas.

Gracias por tu información, Thabita. Cualquier iniciativa de teatro, danza y música clásica tienen su hueco en este blog.

Programan cuatro funciones de teatro en Tudela

El Ayuntamiento de Tudela ha programado cuatro funciones de teatro en la ciudad. Todas las representaciones tendrán lugar en el salón del Instituto Benjamín de Tudela.

SABADO 3 de febrero, a las 20:30 horas: El colectivo Anatomic presenta Raw, una apuesta en el que convergen música, danza, vídeo y sistemas tecnológicos en un único espacio escénico. La víspera habrá una conferencia para explicar el espectáculo.

VIERNES 9 de febrero, a las 20:30: la compañía Alhama de Corella presenta Tirarse del armario, de Rafael Mendizábal.

VIERNES, 16 de febrero, a las 20:30: Compañía Almadía de Pamplona, con Educando a Rita.

DOMINGO 25, a las 17:00: Colectivo Humo con La verdadera historia de la sirena, para para el público infantil.

Un estreno muy interesante a priori: "Walt Disney me jodió la vida"

La Lulú Comedi estrena esta semana una función que, a priori, me parece muy interesante. Ya sólo el título es tremendamente sugerente: Walt Disney me jodió la vida.
¿Qué fue de Blancanieves después de vivir con el príncipe azul durante años? ¿Y de la Bella Durmiente? ¿El país de las maravillas de Alicia siguió siendo tan maravilloso? O, ¿Caperucita Roja siguió luchando contra los lobos para poder llegar a casa de su abuelita? La obra relata el "otro" final de esos cuentos.
ELENCO FEMENINO: Gurutze Beitia, Sol Maguna, Vito Rogado, Maribel Salas y Gemma Martínez bajo la dirección de Gorka Aginagalde.
BOLOS:
Se podrá ver el próximo fin de semana en el Sozial Antzoki de Basauri y más adelante en las localidades de Sondika, Gernika y Galdakao.
ARGUMENTO:
Son cuatro personajes de cuento unos años después de haber comido perdices. Todas ellas han escapado de Fantasía. El caso es que Caperucita Roja, ahora conocida como "Cap", ha decidido convertirse en un lobo más y es ministra de Cultura; Blancanieves descubrió que existían los hombres de tamaño natural e inventó Macintosh; la Bella Durmiente, hastiada del aburrido príncipe azul, decidió independizarse y da clases de protocolo, y Alicia, tras haber probado todo tipo de drogas, es narcotraficante.
Además de humor, todo políticamente incorrecto.
Además de su esperpéntico argumento, también destaca la publicidad. «Hay anuncios de unos veinte segundos», afirma una actriz. Y la trama no sigue las pautas habituales. «Si el resto de historias tienen planteamiento, nudo y desenlace, aquí nos encontramos con planteamiento, replanteamiento, nudo, desenlace y desenlace final», dice el director.

martes, 23 de enero de 2007

Un poco de música clásica para templar ánimos

Con esto de que nieva, y que dentro de un auditorio se estará más calentito, y aprovechando que la música clásica serena los espíritus, voy a recomendar unas cuantas citas para estos días.

Jueves 25 de enero, a las 20 horas.

BALUARTE. ORQUESTA SINFÓNICA DE MELBOURNE. Oleg Caetani, director. Vadim Repin, violín.
Programa: Una pieza del australiano Brett Dean.
Concierto para violín y orquesta, Sibelius.
La Consagración de la Primavera, Stravinsky.
Precios: 34 euros (zona 1), 28 euros (zona 2) y 20 euros (zona 3).

Sábado 27 de enero de 2007, a las 20 horas.

BALUARTE. LOS NIÑOS CANTORES DE VIENA.
Programa por determinar.
Precios: 34 euros (zona 1), 28 euros (zona 2) y 20 euros (zona 3).

ZIZUR MAYOR. Zorongo presenta El jardín de Yayyán, espectáculo musical. A las 20 horas, con entrada a 5,40 euros.

Domingo 28 de enero a las 12.30 horas

TEATRO GAYARRE. BANDA DE MÚSICA LA PAMPLONESA.
Concierto extraordinario y monográfico Jan Van Der Roost.
Entrada libre (retirada de invitaciones en taquilla a partir de las 11.30 horas).

Agenda teatral para los próximos días en Navarra

JUEVES, 25 DE ENERO

AUDITORIO DE BARAÑÁIN. A las 20.30 horas, Iluna Producciones representa Ñaque (o de piojos y actores), con Pedro Izura y Miguel Goikoetxandía. Precio: 6 euros. Venta de entradas: teléfono 012 Infolocal, en la página web www.entradas.com o en taquilla del Auditorio de martes a viernes de 18 a 20 horas y los días que hay evento dos horas antes del espectáculo.

VIERNES 26 DE ENERO

AUDITORIO DE BARAÑÁIN. a las 20 y 22.30 horas, Glu Glu Producciones representa Ama, quiero ser lehendakari. Precio: 17 euros. Precio: 6 euros.
Los creadores de Todos nacemos vascos y Cocidito madrileño, que pretende mostrar el lado más humano de los políticos. Escrita y dirigida por la actriz, cineasta y escritora donostiarra Aitzpea Goenaga, la obra plantea una situación llevada al límite, cuando los cinco hijos de una familia con opiniones políticas muy diversas deciden presentarse a lehendakari, para susto de su madre, que quisiera votar a todos. Los cinco hijos de esta peculiar familia están interpretados por Ane Gabarain, Patxi Pérez, Maribel Salas, Gálder Pérez y Mari Cruz Melgosa. El papel de madre es para Loli Astoreka.
Venta de entradas: teléfono 012 Infolocal, en la página web www.entradas.com o en taquilla del Auditorio de martes a viernes de 18 a 20 horas y los días que hay evento dos horas antes del espectáculo.

TEATRO DE ANSOAIN. La Trapera, de Peralta, presenta La locandiera, basada en el texto de Carlo Goldoni. Teatro de humor a las 22 horas. Dirección: Bruno Ciordia. Precio: 5 euros.

CAPARROSO. Excalibur. A las 19 horas en el salón de actos de la Casa de Cultura de Caparroso. Precio: 4 euros (anticipada) y 5 euros (taquilla).

SÁBADO 27 DE ENERO

CIVICAN. Dentro del ciclo Música para todos, Los Titiriteros de Binéfar (Huesca) presentan No nos moverán. A las 18 horas en el Auditorio de Civican, en Pío XII. Gratuito pero es necesario retirar invitaciones el mismo día de la actuación desde las 17 horas en el servicio de información de Civican.

CASTEJÓN. El grupo 7 Caños presenta El misterio de la Casa Amarilla. A las 20 horas en el centro cultural Sarasate de Castejón. Precio: 5 euros.

BERA. Ligli Trouppe-Asociación de Teatro Valle de Egüés presenta Prohibido suicidarse en primavera, de Alejandro Casona. A las 20 horas, en la Casa de Cultura de Bera.

DOMINGO 28 DE ENERO

ESCUELA NAVARRA DE TEATRO. Ditirambo representa El perrito azul. A las 18.30 horas. Precio: 5 euros.

NOAIN. La Casa incierta representa La geometría de los sueños. A las 17 y 18.30 horas. Entrada: 3 euros/ 2 anticipada. Para niños de 1 a 4 años.

SALA MIKAEL DE PAMPLONA. Ligli Trouppe-Asociación de Teatro del Valle de Egüés presenta Prohibido suicidarse en primavera, de Alejandro Casona. A las 19 horas. Entrada: 3 euros.

BURLADA. Bubulú presenta Besos, de Carles Alberola. A las 20 horas en la Casa de Cultura de Burlada. Precio: 5 euros.


MARTES 30 DE ENERO

CIVICAN. NARRACIÓN ORAL para adultos: A las 20 horsa: Jaime Santos, de La Chana Teatro, con Entre diluvios.

La opereta "Katiuska", de Pablo Sorozábal, en el Teatro Gayarre este fin de semana

La opereta más conocida de Pablo Sorozábal, Katiuska, producción del Teatro Gayarre estrenada hace cinco años, se repone este fin de semana en Pamplona, desde donde viajará al Auditorio Kursaal de San Sebastián.. Dirige la Sinfónica de Navarra-Pablo Sarasate y el Coro Lírico de Navarra Luis Remartínez. Dirección escénica de la reposición: Carol Verano. La escenografía e iluminación es obra de Tomás Muñoz y el vestuario de Gabriela Salaverri.

ARGUMENTO: Narra la historia romántica de una chica rusa que es capaz de renunciar a una vida acomodada por amor, en medio de una guerra civil.

INTÉRPRETES: Sabina Puértolas, Federico Gallar, Jon Plazaola, Mar Abascal, Juan Manuel Cifuentes, Alfonso Echeverría, Aurora Moneo, José Mari Asín, Ricardo Romanos, Jesús Idoate, Pilartxo Munárriz y Pablo Sánchez.
HORARIO Y PRECIOS: Viernes y sábado, a las 20 horas. Con entradas a 24, 18 y 6 euros.

Se trata de una opereta en dos actos, con texto de Emilio González del Castillo y Manuel Martí Alonso, estrenada en 1931 en Barcelona y más tarde, el 11 de mayo de 1932 en Madrid. Fue la primera zarzuela de Pablo Sorozabal (San Sebastián, 1897-1988) y su primer gran éxito. Con toda seguridad hubiera pasado a la historia del género con obras como Don Manolito o Black, el payaso (esta última se pudo ver el pasado verano en el Teatro Español de Madrid, en producción propia, junto con Adiós a la bohemia, en un montaje de bastante calidad, todo hay que decirlo).
El nombre de Sorozábal se mantiene gracias a tres obras de gran importancia: Katiuska, La del manojo de rosas y La tabernera del puerto. Tan seguro estaba él mismo de esto que incluso que en una entrevista cuando le preguntaron si se podía vivir de la música, contestó muy serio: "No, no se puede vivir. Yo he tenido una gran suerte y he podido vivir bien, durante casi toda mi vida, a costa de tres mujeres: Katiuska, La del manojo de rosas y La tabernera del puerto".
Pablo Sorozábal, como casi todos los compositores españoles de aquella época, era muy consciente de que sólo podía vivir del fruto de su trabajo si escribía para el teatro. En España no ha habido nunca una tradición sinfónica como tampoco la ha habido en Italia. Los países latinos son más dados a la escena teatral, y como la aventura de la ópera española, a pesar de sus muchos intentos, no acababa de funcionar se dedicó a escribir zarzuelas o, como en el caso que nos ocupa, operetas.
Así, en Katiuska encontramos una partitura repleta de elementos exóticos y es, a la vez, un producto típico de una época en la que los músicos se veían influenciados por tres grandes corrientes: el dodecafonismo de la segunda escuela de Viena, el verismo italiano y el jazz norteamericano. Normalmente los músicos respondían a uno de esos estilos, si bien algunos autores mezclaron dos o incluso los tres. En este sentido hay que señalar que Sorozábal era ferviente admirador de Puccini, de ahí las influencia veristas de sus partituras, aunque el jazz está presente en la mayoría de las obras del compositor. Sin ir más lejos, en Katiuska hay dos números en el segundo acto que responden a este estilo de música.

sábado, 20 de enero de 2007

Sobre si hay o no hay autoras... o si lo que hay son tópicos

Le entrevistaron el otro día a Maite Pérez Larumbe, a raíz del estreno en el Teatro Gayarre de Extremófilos. Y le hicieron la siguiente pregunta:
-Más allá de Yasmina Reza, ¿por qué no abundan las dramaturgas?
Y yo me pregunto: ¿no abundan o el entrevistador no sabe de teatro y ni siquiera suple sus carencias manejando algo de bibliografía?
Porque así, a bote pronto, me salen entre las que siguen estrenando con regularidad, muchas de ellas en Navarra:
Yolanda Pallín
Lluisa Cunillé
Teresa Calo
Carmen Pombero
Paloma Pedrero
Itziar Pascual
Aizpea Goenaga
Ana Diosdado
Laila Ripoll
Ana Istarú
Arantxa Iturbe.
O, entre las de fuera,
Caryl Churchill
Sarah Kane
Franca Rame
Así que qué hacemos. ¿Le mandamos unas reseñas al periodista o lo dejamos estar, y que siga corriendo el topicazo?

Juan Mayorga versiona "Un enemigo del pueblo" en el CDN

El dramaturgo Juan Mayorga, uno de los más interesantes del momento actual, vuelve a colaborar con el Centro Dramático Nacional (CDN) adaptando Un enemigo del pueblo, de Ibsen, una obra -asegura- "especialmente pertinente para nuestro tiempo", pues habla de corrupción, de demagogia y de los medios de comunicación que pactan con el poder.
Después de ver representada en el Teatro María Guerrero su Himmelweg. Camino del cielo, Mayorga trabajó mano a mano con el director del Centro Dramático Nacional, Gerardo Vera, en la puesta en escena de Divinas Palabras y ahora repite para la producción que se estrena el 25 de enero en este emblemático teatro, con un reparto formado por Ester Bellver, Enric Benavent, Olivia Molina, Walter Vidarte e Israel Elejalde, entre otros.
Mayorga dice con humildad que en Divinas palabras hizo poco, pero que en Un enemigo del pueblo ha asumido más responsabilidades, pues esta producción lleva la "fábula política" de Ibsen (1828-1906) a nuestro tiempo, con la intención de que su actualidad temática llegue de forma más directa. No obstante, el autor de la versión -quien "desconfía de las adaptaciones que intentan actualizar forzadamente y son centrifugados del texto original"- precisa: "El espectador va a ver "99 por ciento de Ibsen".
El argumento se desarrolla en una ciudad que vive del atractivo de su balneario. El doctor Thomas Stockmann, un prestigioso miembro de esta pequeña sociedad, descubre que el agua está contaminada y avisa a la comunidad sobre los graves peligros que se ciernen sobre la salud de las personas. "En cuanto la leí me di cuenta de que es especialmente pertinente para nuestro tiempo. Habla de cosas como la corrupción, la demagogia y los medios de comunicación que se presentan como portavoces de la verdad pero que pactan con el poder", comenta Mayorga sobre una obra que "es y era tremendamente incómoda" y que fue publicada por el Premio Nobel noruego en noviembre de 1882.
El doctor Stockman "no negocia, no pacta y llega a convertirse en un enemigo para la gente del pueblo que no quiere cambiar su forma de vida", adelanta el autor madrileño, quien no ha dudado de abordar difíciles temas en sus obras, como hizo con el abuso de menores en Hamelin. Este texto fue llevado a escena por la compañía Animalario y ha sido tocado por el éxito entre el público y la crítica. Juan Mayorga ha solicitado una excedencia de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), donde impartía clase, para dedicarse en exclusiva a la escritura, una tarea que desarrolla con varios textos a la vez. Ahora, está a punto de concluir La tortuga de Darwin, una "fantasía divertida pero con cierta complejidad", reconoce.

West Side Story y Móvil, en la programación del Auditorio de Barañain

Las principales citas:
West Side Story, el musical (sábado, 3 de marzo).
Móvil, la comedia de Sergi Belbel, con María Barranco y Nuria González (sábado, 5 de mayo).
El malo de la película, espectáculo que mezcla teatro, música y cine y está protagonizado por Albert Pla (viernes, 11 de mayo).

Teatro local:

Ñaque, de Sanchis Sinisterra, con Pedro Izura y Miguel Goikoetxandía (jueves, 25 de enero).
Ama, quiero ser lehendakari (viernes, 26 de enero). Si quieres saber algo más de esta obra cómica, de los autores de Cocidito madrileño y Todos nacemos vascos, pincha aquí.
Hombres en escabeche, dirigida por Oscar Orzaiz (sábado, 3 de febrero)
Meando fuera del tiesto (viernes 23 y sábado 24 de febrero).
La celebración del día internacional de la danza (29 de abril) estará precedida por la actuación del ballet junior de Biarritz (27 de abril).

También habrá música: Ruper Ordorika (10 de febrero) y Joseba Irazoki y Garbiñe (22 de febrero); mientras que la local contará con el Trío Veracruz (14 de febrero) y Airam (4 de mayo).

miércoles, 17 de enero de 2007

Poco teatro en Navarra en los próximos 7 días

Una semana un poco muerta nos espera a los espectadores habituales de teatro. Apenas cuatro citas, que aquí van:

JUEVES 18, a las 20 horas. GRUPO AUZOA presenta El porqué de las cosas, con dirección de Miguel Goikoetxandia, en Civican, centro cívico de Caja Navarra. Entrada gratuita.

SÁBADO 20, a las 18 horas, en el TEATRO DE ANSOAIN. Golden Apple Quartet presenta Galipotx. Director: Patxi Barco. Musical. Precio: 3 euros.

DOMINGO 21, a las 18.30 horas: Gus marionetas representa El traje nuevo del emperador. , en la Escuela Navarra de Teatro. Precio: 5 euros.

Y a las 19,30 horas. MURCHANTE. Grupo Alhama de Corella presenta Tirarse del armario, de Rafael Mendizábal. Entrada: 2 euros.

Tres conciertos de música interesantes para los próximos días

Tres conciertos de música clásica para los próximos días se pueden recomendar.

Si tienes niños, puedes ir el sábado a una propuesta no habitual en Pamplona. En CIVICAN. Supermercado de juglares a cargo de Rah-mon Roma (Barcelona). Sábado 20 de enero, a las 18 horas, en el Auditorio de Civican. Es necesario retirar invitaciones el mismo día de la actuación desde las 17 horas en el servicio de información de Civican.,

La ORQUESTA SINFÓNICA DE EUSKADI ofrece un nuevo concierto de ciclo en Pamplona el miércoles 24 de enero a las 20 horas en Baluarte. Director: Gilbert Varga. Solista de arpa: Xavier de Maistre.
Programa:
F. Schubert: Obertura en do menor
A. Madina: Concertino para arpa y orquesta de cuerda
C. Reinecke: Concierto para arpa y orquesta
F. Schubert: Sinfonía nº 1

Finalmente, una segunda opción, gratuita, para el miércoles. CONCIERTO DIDÁCTICO EN CIVICAN. Danserie presenta La sonata en el barroco. Miércoles 24 de enero, a las 20 horas, en el Auditorio.

Por cierto, este año la Orquesta Sinfónica de Euskadi celebra su 25 ANIVERSARIO, CENTRADO EN CAPTAR público joven. Tempo di martxa se llama la iniciativa más llamativa que ha preparado la OSE para sus bodas de plata. Se trata de un autobús itinerante que recorrerá la Comunidad Autónoma Vasca para acercar de una manera didáctica la actividad de la Orquesta, así como el universo de la música sinfónica, a los escolares vascos.
Ofrecer una experiencia auditiva a 20.000 alumnos de entre 10 y 12 años que cursan el tercer ciclo de Educación Primaria.
Dos monitores con formación musical guian a los niños en el interior del vehículo, donde se ha habilitado un aula interactiva con ordenadores y una gran pantalla. Algunos instrumentos musicales como un violín, un trombón o un contrabajo, colocados en el interior del recinto, servirán para introducir a los escolares en el universo de la música clásica. A partir de ahí, los alumnos podrán profundizar en este tema con un programa informático en el que se pueden escuchar 32 obras de distintos géneros, conocer los instrumentos que componen una orquesta sinfónica y su colocación, y fisgar entre los componentes de la formación musical, entre otros aspectos.
A cada grupo que visite el autobús se le regala una copia del programa, para poder seguir utilizándolo en el centro.
La OSE también va a realizar la edición de un CD-Libro donde se reúnen las narraciones musicales Peru eta otsoa de Sergei Prokofiev y El carnaval de los animales de Camille Saint-Saëns. Asimismo, la compañía de marionetas Per Poc ofrecerá una adaptación de la obra de Shakespeare Romeo y Julieta, que estará acompañada por la música de la obra homónima de Prokofiev.
La Orquesta también protagonizará el conocido programa de TVE El Conciertazo, bajo la batuta de Juan José Ocón. La emisión se grabará en Miramón y en el auditorio Kursaal.
Finalmente, dentro de su compromiso con promover la música escrita por compositores vascos, la Orquesta llevará a cabo la primera grabación de la ópera Gernika de Francisco Escudero. Por último, el compositor bilbaíno Luis de Pablo también creará una obra de encargo.

Exitosa velada del ciclo Pequeñas Obras de Nuevos Autores

La primera sesión del ciclo Pequeñas Obras de Nuevos Autores del Teatro Gayarre fue de nuevo un éxito de público, que río las piezas escritas por Maite Pérez Larumbe y Miguel Munárriz, de lo cual nos alegramos.
La prensa local, además, se ha portado, con entrevistas a los autores, de ahí que os incluya enlaces por si queréis profundizar en el tema. Pinchad aquí, aquí y aquí para obtener más información.

martes, 16 de enero de 2007

Cuatro espectáculos teatrales y un concierto en el ciclo Golfos 2007 de la ENT

La Escuela Navarra de Teatro adelantó ayer que el ciclo Golfos 2007 pondrá en escena a lo largo del mes de febrero cuatro obras de teatro: A los cincuenta perdí la cuenta, de la compañía Psicosis Gonsales, que ya se programó en el Ciclo de Otoño; Mal Parto me raya , de Carlo Mô; La tienda de los horrores, de La Bolla Teatro, estrenado el pasado mes de noviembre en el Teatro Gayarre; y A que la suelto, de Las Pituister.
La actriz y cantante Adriana Olmedo anunció en El Apuntador el pasado mes de diciembre que presentará su segundo disco, ya grabado, con un concierto en directo que se pensaba incluir en este mismo ciclo. En cuanto confirmemos el programa, lo anunciaremos.

Gus Marionetas y Ditirambo Teatro, en la ENT

La Campaña de Teatro Escolar "Cates 2007" comienza el miércoles en la Escuela Navarra de Teatro con la obra El traje nuevo del emperador, versión libre para títeres del cuento de Hans Christian Andersen de la compañía navarra Gus Marionetas.
El grupo ofrecerá una representación abierta al público el domingo 21 de enero, a las 18.30 horas y con entrada al precio de 5 euros que podrá comprarse en taquilla hora y media antes de comenzar la función, o reservarse en la web de la ENT, www.laescueladeteatro.com.
Fernando Arregui y Susana Pellicer mueven las marionetas en esta obra cuyo tema central es el engaño. La música es de Paco Iglesias y la dirección del mexicano Emmanuel Marquez, y se estrenó en 1998 en el Festival Internacional de Títeres de Tolosa. Obtuvo en 2002 el Premio a la Mejor Propuesta Plástica en el Festival Internacional de Títeres de Lérida. Este año se verá en el Circuito de Artes Escénicas de Aragón.
La semana que viene la compañía navarra Ditirambo pondrá en escena en la ENT El perrito azul , bajo la dirección del húngaro Gyula Urban, que se programará el domingo 28 a las 18.30 horas para el público en general, con entrada al precio de 5 euros.
Un total de 898 escolares disfrutarán de la función de Gus Marionetas de miércoles a viernes, en dos sesiones por la mañana, a las 9.30 y a las 11.30 horas. Para la de Diritambo se prevén 1.272 escolares el miércoles 24, el jueves 25 y el viernes 26 por la mañana, en sesión doble a las 9.30 y a las 11.30 horas.
La campaña está patrocinada por el Gobierno de Navarra y tiene un presupuesto de 18.000 euros.

domingo, 14 de enero de 2007

Los dineros de Navarra para cultura

El departamento de Cultura y Turismo del Gobierno de Navarra dispondrá este año de un presupuesto de 82.025.103 euros.
En relación con el teatro, hay que señalar que se prevén para el Festival de Teatro Clásico de Olite 600.000 euros (150.000 más que en 2006); 1 millón de euros para Baluarte y 150.000 euros a la Fundación Teatro Gayarre.
Para tener una idea de a qué cosas se destina el dinero, pincha aquí, que la información que ofrece Diario de Noticias está muy bien.

Teatro en Civican

Civican, el centro cultural de Caja Navarra, ha presentado su nueva programación, que incluye teatro, títeres y narración oral. Todas las actividades son gratuitas, aunque se recomienda ir con tiempo para recoger el tiket de entrada.
TEATRO.
El ciclo Teatro de bolsillo ofrece cinco montajes de pequeño formato, todos a las 20 horas: El porqué de las cosas , de Auzoa (jueves 18 de enero); Squash , de Imaginate.ata Teatro (jueves 8 de febrero); Ni Romeos ni Julietas , de K7 Teatro (jueves 15 de febrero); No hay ladrón que por bien no venga , de Teatro Estudio de San Sebastián (jueves 15 de marzo), y Besos, de Bubulú (jueves 29 de marzo). NARRACIÓN ORAL.
La narración oral presenta en esta ocasión tres propuestas para adultos: Jaime Santos, de La Chana Teatro, con Entre diluvios (martes 30 de enero); Mohamed Hammu narrará las Voces de desierto bereber (martes 13 de febrero) y Elena Castillo contará Historias de mí misma (martes 27 de marzo).
TÍTERES.
Adaptaciones de clásicos, los sábados a las 18 horas: El gato con botas (sábado 17 de febrero) y Caperucita roja (sábado 17 de marzo).

sábado, 13 de enero de 2007

Mi currículo

ACTIVIDAD TEATRAL.
En 2006 he escrito y dirigido la conferencia dramatizada Beckett: Comienzo de partida por encargo del Teatro Gayarre de Pamplona, así como la adaptación de la obra Un paseo en el parque, de Dave Anderson.
En 2004 fui auxiliar de producción de la empresa Pentación Espectáculos en el montaje Yo, Claudio, de José Carlos Plaza, con Héctor Alterio y Encarna Paso, estrenado en la 50 edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida; fui coproductor de After Play (Después de la función), de Brian Friel, con dirección de Ignacio Aranaz, cuya versión en castellano fue estreno absoluto (y candidata al premio Max como Espectáculo Revelación en 2005); para el grupo no profesional Trastero Teatro dirigí el estreno absoluto de la obra Pater, matris, de Carmen Pombero, accésit 2001 del premio María Teresa León para autoras dramáticas (montaje con el que obtuve el premio al mejor director en el Festival de Teatro de Rivas-Vaciamadrid en 2005); fui responsable de imagen y promoción de Lebrel Blanco Producciones Teatrales para el montaje Yo, Leonor, monólogo escrito y dirigido por Valentín Redín e interpretado por María Luisa Merlo; y diseñé para la empresa Toropasión la puesta en escena y coreografía de sus espectáculos televisados de recorte de toros.
Soy colaborador habitual de la Fundación Municipal Teatro Gayarre y coordiné el proyecto “Así es, si así os parece” para conocer los gustos del público y orientar programaciones futuras de la sala (2004). Desde 2002 imparto el Taller Escuela de Espectadores (que en 2005 fue acreditado por la Universidad Pública de Navarra y otorga un crédito a los alumnos que lo realizan). Desde 2004 elaboro los programas de mano del ciclo Pequeñas obras de grandes autores.
En coproducción con la Fundación Municipal Teatro Gayarre, promoví entre 2001 y 2003 el ciclo “El humor del 27”, que incluyó la producción de tres comedias: “Los ladrones somos gente honrada”, de Enrique Jardiel Poncela; “Tres sombreros de copa”, de Miguel Mihura; y “Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario”, de Antonio de Lara “Tono”. Como complemento a estos montajes, escribí y dirigí los espectáculos teatrales misceláneos “24 comedias con un sólo ensayo. Vida y obra de Enrique Jardiel Poncela”, “Ni pobre ni rico, sino Miguel Mihura (Cómo conocer el teatro de Mihura en 75 minutos)”, “A Tono con el humor del 27 (Ochenta disparatados minutos para conocer el teatro de Tono)”, estrenados en el Teatro Gayarre. El ciclo fue visto por 15.000 espectadores y recibió la Medalla al Mérito Humorístico de la Academia Española del Humor en 2003.
Aparezco citado en el libro de Julián Moreiro Mihura. Humor y melancolía, Madrid, Algaba Ediciones, 2004.

ESTUDIOS:
¬Diploma de Estudios Avanzados (DEA-Doctorado) por la Facultad de Filología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), por estudios sobre teatro español. Noviembre 2005
.¬Máster en Gestión Cultural (Música, Danza, Teatro) de la Universidad Complutense de Madrid y la Sociedad General de Autores de España (SGAE). Julio de 2005.
¬Máster Universitario en Edición por la Universidad de Salamanca y la Fundación Santillana. 2002.
¬Licenciado en Ciencias de la Información, rama Periodismo, por la Universidad de Navarra. 1988.
¬Tres cursos de Geografía e Historia por la UNED.

19 AÑOS DE EXPERIENCIA LABORAL COMO PERIODISTA:
¬Redactor de Diario de Navarra, de Pamplona, entre los años 1994-2001. Anteriormente, en el periódico El Norte de Castilla, de Valladolid; la agencia de noticias Informaciones de Castilla y León (ICAL), de Valladolid; la corresponsalía de El periódico de Cataluña en Castilla y León y redactor de la revista oficial de la SEMINCI (Semana Internacional de Cine de Valladolid).
¬Desde 2004, dirijo el programa semanal “El apuntador” en Onda Cero Radio, sobre la actualidad de las artes escénicas en Navarra.
¬Ha trabajado como redactor periodístico y creativo de publicidad en el estudio de diseño y comunicación global Bermejo Comunicación (200-2004) y para el estudio OK Comunicación, de Pamplona (2005-2006).

OTRA EXPERIENCIA LABORAL:

¬En la actualidad soy coordinador editorial y consultor en gestión cultural de la empresa Xabide, Consultores en Gestión Cultural y Comunicación Global, de Vitoria.
¬Fui gestor en la Sección de Actividades Culturales de la Universidad Pública de Navarra. Curso 2002-2003.
¬He realizadao una veintena de proyectos de gestión cultural para la Fundación Municipal Teatro Gayarre del Ayuntamiento de Pamplona.

Doce programas de mano

El Teatro Gayarre de Pamplona programa (junto con la Universidad Pública de Navarra) desde hace seis años el ciclo Pequeñas Obras de Grandes Autores. Las sesiones, los lunes, son gratuitas, y consisten en una conferencia introductoria y la representación teatral, a cargo de un grupo pamplonés, de una obra corta del un autor importante de la historia del teatro.
El ciclo tiene gran éxito y la media de asistencia supera los 500 asistentes.
Desde el curso 2004-2005, me encarga a mí unos textos introductorios para un sencillo programa de mano sobre el autor y la obra que el público va a ver a continuación. Se trata de un folio por las dos caras.
Ese curso hubo seis producciones, pero en los dos siguientes se han reducido a tres, en otoño, ya que en invierno se celebra el ciclo Pequeñas Obras de Nuevos Autores.
Como tenía ese material en mi ordenador, lo he subido al blog. Y como todavía me manejo mal y sigo trasteando para ver su uso, aparecen en la página principal de la bitácora. También he conseguido ponerles una etiqueta, para que se puedan consultar siempre pinchando a la derecha de la página, pero durante el mes de enero me temo que estarán ahí, colapsando el papiro.
En fin, disculpen si dificulta la lectura.
También prometo abrir otras secciones con el material que tengo acumulado de los homenajes que realicé a Jardiel Poncela, Miguel Mihura y Tono.

"Una y Dos", de Tennessee Williams, dirigida por Miguel Goikoetxandia


El "navarro" Tennessee Williams

Tennessee Williams, como su propio nombre no indica, nació en el estado norteamericano de Missouri. Y, además, presumía de navarro. Como lo leen. Thomas Lanier Williams (Columbus, 1911), nació en el seno de una familia patricia venida a menos que prácticamente fundó y dirigió durante un siglo el estado de Tennessee, de ahí que lo adoptara como sobrenombre literario.
En sus memorias, señala: “Mi padre era de ilustre linaje, por entonces un poco menguado por lo menos en cuanto a importancia. Era descendiente directo de John Williams, primer senador por Tennessee; de John Sevier, primer gobernador del estado; y de Thomas Lanier Wiliams I, primer canciller del Territorio Occidental (que era como se llamaba Tennessee antes de convertirse en estado). Según genealogías publicadas, los Sevier eran originarios del pequeño reino de Navarra, donde un miembro de la familia fue custodio de uno de los monarcas borbones. La familia se dividió más tarde en ramas religiosas de católicos y hugonotes. Los católicos conservaron el apellido de Xavier, mientras que los hugonotes lo cambiaron por el de Sevier al huir a Inglaterra cuando la matanza de san Bartolomé. La familia se adjudicaba, como más cercano representante de fama mundial, a san Francisco Javier, a quien se atribuye la evangelización de numerosos chinos: a mi modo de ver, una empresa gallarda pero quijotesca”.
Leído esto, y satisfecho nuestro ego foral, hablemos de uno de los más grandes autores teatrales de todos los tiempos, a quien se le atribuye la creación del drama moderno, en contraposición al drama realista. En el teatro decimonónico, los personajes podían ser buenos o malos, heroicos o vulgares, puros o perversos, pero permanecían inmutables a lo largo del drama, y a pesar de las circunstancias extraordinarias de la anécdota dramática. Por eso, se condenaban o redimían, pero no modificaban su esencia. En cierto sentido, no podían dejar de ser “personajes teatrales”, estereotipos zarandeados por el destino (en el teatro romántico) o la fatalidad (en el teatro realista).
Tennessee Williams estaba dotado de una asombrosa capacidad de observación psicológica, de ahí que sus personajes sean vulnerables a las experiencias vividas, modifican su esencia en función de los desgarros sufridos. Son reconocidos por el público, en definitiva, como “personas de carne y hueso”. Con Williams, el teatro ya no refleja ni inventa la realidad: la construye, con lo que ofrece una nueva perspectiva del teatro, mucho más crítica, personal e insólita.
Si a todo esto se añade una excelente construcción formal de sus dramas, el cuidado que pone en todos los elementos que intervienen en la representación (luz, músicas, colores, utilería, etc) porque todo lo que aparece en escena tiene valor de símbolo o de lo contrario sobra, y un lenguaje depuradísimo hasta lo esencial, donde no hay frase ni réplica gratuita, tenemos un nuevo teatro. Una forma nueva de drama que se extendió rápidamente por todo el mundo publicitado por los actores del “método Stanislavski”, para quienes sus obras son un caramelo y un reto, porque no se pueden representar desde el tópico. Son personajes con una enorme consistencia psicológica, que hay que interiorizar y construir en cada representación.
También popularizó la obra de Tennessee Williams el cine. Y aunque le dio fama y proyección a su teatro, perjudica una visión correcta de su obra dramática, porque el cine enriquece tanto como desvirtúa. Es difícil leer o ver representada una obra suya y expulsar de nuestra mente la imagen icónica tan poderosa que nos ha inducido la gran pantalla: comparamos a cualquiera que interprete a Kowalsky con Marlon Brando cuando revisamos Un tranvía llamado Deseo (1947); siempre vemos a Paul Newman en La gata sobre el tejado de cinc caliente (1955), a Elisabeth Taylor en Dulce pájaro de juventud (1959) o a Ava Gadner en La noche de la iguana (1961).

Una y Dos

El ciclo de teatro norteamericano contemporáneo propuesto por Iluna ha coincidido con el fallecimiento hace unos días de uno de sus más grandes autores, Arthur Miller, quien no fue premio Nobel por haberse casado por Marilyn Monroe, lo cual dice mucho del autor de La muerte de un viajante y mucho más de la Academia sueca. Es evidente que Eugene O’Neill (el padre putativo de ese teatro), Tennessee Williams y Arthur Miller son parada y fonda obligatoria de todo buen amante del teatro.
Los tres denunciaron las terribles contradicciones de la sociedad norteamericana: el desarrollo económico desigual, el miedo a una nueva crisis como la del 29, el consumo como panacea del bienestar o la amenaza permanente de la guerra. Sin embargo, Williams se distancia de los anteriores en que carece de una ética o doctrina, y por tanto nunca propone en sus textos una fórmula maravillosa que dé solución a los problemas que el drama plantea.
Varias son sus obsesiones: la muerte, el paso del tiempo y el sexo. Temas que han dado lugar a máximas de una belleza contundente, puestas en boca de sus personajes: “No fui a la Luna. Fui mucho más lejos. Porque el tiempo es la distancia más larga entre dos lugares”; “Siempre hay un tiempo para marchar aunque no haya un sitio a donde ir”; “Puedes ser joven sin dinero, pero no puedes ser viejo sin él”; “El éxito y el fracaso son igualmente desastrosos”; “No esperes el día en que pares de sufrir, porque cuando llegues sabrás que estás muerto”; “No creo que la tragedia sea posible en EE.UU. Nosotros no tenemos sentido trágico; estamos en la era de la tecnología. Cuando la melancolía nos golpea nos volvemos hacia algún aparato electrónico”; “Todos nos necesitamos mutuamente, y eso es lo que consideramos amor. Y el no necesitarse unos a otros es... odio”.
Miguel Goikoetxandia ha elegido un texto que refleja bien algunas de las constantes literarias de Tennessee Williams: una pieza donde apenas hay intriga y todo se centra en la expresión desgarrada de unos personajes inmersos en un ambiente opresivo (sólo al final de su vida se atrevió a confesar su homosexualidad), en un entorno que imaginan hostil y lastrados por sus represiones sexuales y sociales (consecuencia de una severa educación cuáquera en su infancia, un padre autoritario y la conciencia de desclasamiento). Lógico en un autor que afirmó: “Si la escritura es honesta no puede ir separada del hombre que la ha escrito”. No me puedo imaginar el mañana es una pieza breve protagonizada por dos personas que carecen de nombre: Una y Dos. Una es la única amiga de Dos y viceversa. Una padece una tara física que le impide caminar si no es con un gran esfuerzo. Dos es víctima de una profunda depresión. Esta enfermedad viene sugerida en el título de la pieza y es tema obsesivo en Williams, pues quedó marcado de niño por la esquizofrenia de su hermana Rose (la locura aparece en El zoo de cristal (1945, su primer éxito) y Un tranvía llamado Deseo) y él mismo padeció profundas depresiones, que intentó combatir con drogas y alcohol.
Comprender la enfermedad mental que subyace en el encuentro de Una y Dos es fundamental para entender el diálogo aparentemente banal de los personajes, que no conciben como será el día siguiente; personajes prototípicos de Williams, autor clave del teatro del siglo XX que falleció en 1983, a los 71 años, en una habitación del hotel Elysee de Manhattan (Nueva York). Una muerte dicen que nada heroica, pues lo encontraron en su cama, atragantado con la tapa de un frasco de pastillas para el insomnio. Contra lo que pueda parecer, a mí me parece una despedida a la altura de sus mejores dramas sobre gente corriente.

Víctor Iriarte
Febrero de 2005

"El gran sueño del paraíso", adaptación de tres relatos del libro homónimo dirigidos por Pedro Izura


Sam Shepard, sin frontera a la vista

Hay un concepto clave para entender la mentalidad del norteamericano medio que explica tantas cosas inasibles para el europeo sobre su comportamiento, sus leyes o su manera aparentemente sencilla de razonar: es la llamada de la frontera. Estados Unidos es un país de colonizadores. Se hizo a sí mismo avanzando hacia el Oeste en apenas dos siglos, asentándose en un territorio hostil que hubo que limpiar de enemigos, roturar y civilizar. Pongan ustedes las comillas que deseen en cada uno de estos términos.
Conocer ese espíritu dinámico como pueblo ayuda a entender el perpetuo movimiento de su población, que casi ningún norteamericano viva allí donde ha nacido –ser PTV, si llegaran a entender ese término, que no creo, lo calificarían como demérito–; que la mera posibilidad de intentar implantar algo equivalente al DNI se vea como una agresión a la intimidad pues a fin de cuentas a todo chichifú se la pela de donde viene el vecino, ni cómo se llama, ni si su padre era mormón, murió ahorcado o llegó de Europa con sangre azul en sus venas, porque sólo cuenta el espíritu con el que uno se instala en la casa de al lado y trabaja para enriquecerse primero y beneficiar luego a su comunidad; o que la posesión de armas sea tan natural como el respirar, puesto que durante dos decenios prácticamente no hubo posibilidad de delegar en el señor conde o en el oficial de policía la responsabilidad de salvar el propio pellejo.
La llamada a la frontera tiene mucho de optimista, de apelación colectiva a arremangarse y ponerse manos a la obra, especialmente en tiempos de crisis. Recuérdese que en plena Guerra Fría, el mundo quedó impactado cuando los soviéticos pusieron a un hombre en el espacio, Yuri Gagarin, al que además trajeron de vuelta a casa vivo. La respuesta la dio J.F. Kennedy en uno de sus discursos memorables: retó a todo el país a conquistar una “nueva frontera”, el espacio, con lo que tocó la fibra sensible del contribuyente y encontró el dinero y los cerebros necesarios para que se cumpliera su promesa de poner un hombre en la Luna antes de que concluyera la década de 1960. Tras la matanza del 11-S, un presidente ex alcohólico, trilero y simplón apeló a la “frontera del mal” y ganó la reelección porque el americano medio, de nuevo, asumió como lógica esa misión, incluso aunque sus chicos se paseen con mucha menos solvencia por Irak que Amstrong y Aldrin por Base Tranquilidad.
Esa marcha hacia la frontera tuvo mucho de epopeya, como lo demuestra que haya dado lugar a un género literario y cinematográfico, el western, que es sobre todo un paisaje mental. Añadiré que la penúltima gran gesta literaria de Norteamérica también se hizo cabalgando –mejor rodando– hacia el Oeste, por las 2.400 millas de la Ruta 66, en Harley Davidson preferentemente. Me refiero a la “Generación Beat”, de Ginsberg o Kerouac, cuyo libro de culto se titula, significativamente, On the road (En el camino). Aquello dejó buenas páginas para la literatura aunque terminase, dicho en sentido real y en el figurado, con un “mal viaje”, cuando la emoción de hacer kilómetros se limitó a explorar las imágenes y sensaciones que suministraba la ingesta de cristales de LSD.
Hoy toca hablar de Sam Shepard. Hijo ilegítimo de los “Beat”, cuyo padre putativo entiendo que es un excepcional escritor, Raymond Carver, popularizado en España gracias a la película de Robert Altman Vidas cruzadas. En la obra de Shepard también hay caminos polvorientos, viejas camionetas Chevrolet más que aparcadas, abandonadas; solitarias cabinas de teléfono, mucho calor, grasientos bares de carretera donde sirven cansinamente litros de café aguachirle, huevos revueltos y hamburguesas con doble de queso; postes de gasolina con forma de peón e impersonales moteles de carretera, así como un paisaje humano formado por rudimentarios currelas con gorra de visera, abuelos con adornos de cowboy que pasean presumidos su hastío, señoras sentadas en los porches a media tarde viendo pasar la vida...
¿Cuál es la diferencia con los “Beat”? La América que aparece en Shepard, como en la de Carver, y de ahí viene tanto rollo como les estoy metiendo, es un mundo que ha perdido la épica de la frontera. Es un horizonte más allá del cual no hay donde ir, no hay posibilidad de huida, ni por tanto merece la pena el esfuerzo de intentar algo que no sea tener un buen pasar cada día. Más que personajes derrotados, son personas atrapadas en su propia desidia, como si un imán les impidiera cualquier esfuerzo novedoso, como si no concibieran la posibilidad del ser humano de reinventarse a sí mismo.
Recuerden al protagonista de París, Texas, de Wim Wenders, cuyo guión es de nuestro autor: un hombre que cree haberlo perdido todo, que carece de la más mínima opción de explicarse a sí mismo, y que camina y camina sin ninguna meta. Eso es Shepard, la renuncia a la esperanza. Si todavía no lo han captado, busquen cualquier imagen de Edward Hooper y deténganse ante ella un buen cuarto de hora: verán esas postales desoladas, personajes anónimos, tonos fríos, la turbadora inacción que transmite el lienzo, la profunda desazón, con un punto de inquietud, que produce. Esa misma depuración que hace Hooper con el pincel, la calca en su escritura Shepard. Lean uno de sus cuentos y sabrán más de él que si les añado que nació en Fort Sheridan (Illinois) en 1942, que ganó el Pulitzer en 1979 por Buried Child (Niños enterrados) y que por aquí se ha representado mucho True West (El verdadero Oeste); o que los cinéfilos lo reconocen como buen actor en Días del cielo, Elegidos para la gloria o Frances, en esta última acompañando en el reparto a su esposa, Jessica Lange, cuya imagen por cierto nos devuelve la frustración de no haber conseguido una chica igual a ella, como soñábamos no hace tantos años.

¿Gatos de Proust junto a un trozo del Muro de Berlín?

Van a tener la oportunidad hoy de conocer de manera cómoda el lenguaje literario de Sam Shepard: su estilo depurado, suscinto, conformado a base de monólogos y diálogos aparentemente insustanciales protagonizados por personas anónimas, sin nombre, y escrito con un vocabulario que competiría con opciones de ganar un campeonato de simplezas, pero que, sin embargo, siempre incluye, como de pasada, una ligera insinuación, un apunte que desemboca en finales abiertos y profundamente turbadores. Verán unas escenas, apenas sketches, que explican menos de lo que sugieren, como toda buena literatura.
La puesta en escena de la segunda parte del ciclo Pequeñas obras de grandes autores, curso 2004-2005, corresponde al veterano grupo Iluna Teatro, que ofrecerá en los próximos tres meses un interesante panorama del teatro norteamericano. Pedro Izura, el director hoy, se ha acercado a la librería para traernos un pedazo de pastel Shepard pero no ha ido a los estantes de Teatro, sino a los de Narrativa. Comprobarán al final de la velada que da lo mismo, porque casi toda la prosa del norteamericano tiene mucho de teatral y de teatralizable.
El gran sueño del paraíso es una colección de relatos breves, 18 en total, que comparten estilo y paisaje, pero cuyos personajes y situaciones no están relacionados entre sí. Pedro Izura ha escogido tres de ellos y ha hecho un trabajo de dramaturgia para sugerir una tibia hilazón entre las tres historias, una apuesta inteligente pero de comprobada efectividad, pues lo mismo hizo Altman al realizar Short Curts, de Carver, del que hemos hablado a vuelta de folio. Izura, en su condición de crítico teatral de un medio local, acostumbrado a señalar públicamente defectos en otros, se cubre en cierto modo las espaldas, lo cual es buena señal.
Uno de los relatos que ha escogido se titula Un trozo del muro de Berlín. Se trata de un monólogo de un chico de secundaria, agobiado porque tiene que hacer un trabajo de Geografía y explicar cómo era el mundo en el decenio en que nació, el de 1980. Contra lo que espera, su padre no puede ayudarle. “Mi padre está como una puta cabra. En serio. No me di cuenta durante mucho tiempo, pero lo está. Mi hermana sabe más sobre los ochenta que mi padre, y sólo tiene un año y pico más que yo”. El adulto no recuerda nada –o no quiere recordar, nunca lo sabremos– y es la hermana quien le ayuda con un préstamo memorable: un pedazo del Muro de Berlín. Así de sencillo, pero así de sugerente, pues no dejamos de preguntarnos cómo es en el fondo el padre, qué fue de la madre...
Los gatos de Betty tiene la rara virtud de dejarte mal cuerpo. La apuesta de Shepard es radical, incluso estilísticamente. Es un diálogo a base de frases cortas, pero ni siquiera se toma la molestia de escribirlo con guiones, como marca la cortesía tipográfica. Y no hay ninguna acotación. Nada. Sólo dos voces, dos ecos. Suponemos que el escenario puede ser una roulotte que hace las veces de vivienda, aunque sólo lo sospechamos por fragmentos de la conversación crispada. No sabemos quién es o qué relación tiene con Betty la persona que le reprocha con exceso de amabilidad su actitud con los gatos y los problemas que le puede acarrear mantenerlos a su lado. Pero lo que sin duda asusta es la forma de razonar de Betty, la catástrofe emocional que se le intuye y la debilidad de su estado de ánimo. Llega a conmovernos cuando repite su sentencia: “No hay nada que hacer”.
Finalmente, la guinda de la velada es No era Proust, diecinueve páginas de una conversación intrascendente sobre una anécdota trivial que protagoniza un matrimonio que entra en la cuarentena con buena posición social, dos niños encantadores (en fotografía) y toneladas de aburrimiento en su vida marital. O eso intuyo, pero toda lectura es libre y ustedes tienen la última palabra. Ambos charlan de la aversión de él hacia los franceses y ella le va sonsacando por qué de su mala impresión: él le narra un incidente desagradable en París, aunque bastante corriente, antes de que ambos se conocieran. Un diálogo curioso porque a ella no le importa tanto la información que recibe –aunque le ayuda a verter con educada bilis algunos reproches sobre anteriores parejas y sobre la forma de ser del varón– como, sobre todo, le permite sacarlo de sus casillas, con esa habilidad innata de que disponen los homínidos con dos cromosomas XX en sus células. Lo verdaderamente interesante es que esa conversación tiene bastante más trillita de la que asoma.
Sam Shepard suele repetir que detesta el teatro, pero no sé a quienes se lo dice, porque nunca concede entrevistas a los medios de comunicación. Se enorgullece de no tener éxito y se jacta de haber ganado el Pulitzer cuando su obra ya había sido retirada de la cartelera por falta de público. Sin embargo, ha firmado más de 40 obras dramáticas y varios guiones cinematográficos de calidad y es autor asociado de varios de los teatros de repertorio americano más prestigiosos del país, como el Stemmwolf Theatre de Chicago o el American Conservatory Theatre de San Francisco. Quizá todo sea una pose en la misma línea de su obra literaria: esconder más de lo que expresa, hacer poesía de lo prosaico, descubrir lo mucho que se oculta tras una aparente banalidad.

Víctor Iriarte
Enero de 2005

"Jolly", de David Mamet, dirigida por Oscar Orzaiz


David Mamet: lo que no es esencial, es superfluo

La historia comienza en 1969. Un grupo de jóvenes universitarios que no encuentra muchas oportunidades de actuar crea en Chicago un teatro comunitario en la sala San Nicolás. Destacan como intérpretes un camarero, William H. Macy (años después candidato al Oscar por Fargo), Joe Mantenga y Steve Schacter (director de La trampa). El peor de los actores, que come de su trabajo como taxista tras haber sido vendedor telefónico de parcelas, cobrador de autobús y cocinero en un barco, se hace cargo de la dirección. Se llama David Mamet. Como el grupo tampoco tiene dinero para pagar adelantos por derechos de autor, empieza a escribir sus propios textos.
“Lo dejamos todo para hacer teatro. Si no le gustaba al público el espectáculo no podíamos pagar la sala. Esa es la única razón por la que hacíamos teatro, para que le gustara al público, no para satisfacerle, sino para que le gustara. Veíamos nuestro trabajo, y creo que lo seguimos haciendo, como un suministro de diversión. A veces conseguimos convertirlo en arte, pero espero que nunca llegue a convertirse en mero entretenimiento”, declaró años después.
El grupo pasó unos años después a Nueva York, ahora con el nombre Atlantic Theater Company, y se hizo pronto un nombre, gracias a varios estrenos exitosos de piezas de Mamet: la excelente Perversión sexual en Chicago (1974), que contra lo que parece alude a desenfrenos sólo verbales y, por tanto, frustrados; El búfalo americano (1975) y Edmond (1982), que sorprenden por un lenguaje grosero e indecente, y que demuestra el fino oído que tiene Mamet para captar el modo en que habla la gente marginal. El cenit lo alcanza en 1984, con Glengarry Glen Ross, una cruda visión del mundo de los vendedores a comisión, tiburones aterrados con la pérdida de empleo y sin escrúpulos en plena crisis económica norteamericana, con la que consigue el premio Pulitzer. Será llevada al cine en 1992. Después vendría Oleanna (1992), agria denuncia de lo políticamente correcto protagonizada por un profesor universitario acusado por una alumna de acoso sexual. En total, algo más de 40 piezas teatrales.
Para entonces, la obra David Mamet (Chicago, 1947), tercera generación de judíos ruso-polacos asimilados en Estados Unidos, es un cóctel de teatro, cine y ensayo que lo ha hecho muy popular. Repasemos su filmografía. Ha sido guionista de El cartero siempre llama dos veces, Veredicto final, Los intocables de Elliot Ness, Hoffa o Hannibal. Su primer trabajo como director es Casa de juegos, de 1987, notable filme sobre el mundo de los timadores. También demostró dominar la comedia en State and main, sobre el rodaje en un pequeño pueblo del Medio Oeste que se convierte en un homenaje a Preston Sturges. En general, siempre películas taquilleras.
Podemos definir, por tanto, algunas de las características de su teatro: esfuerzo prioritario en captar la atención del público, tramas perfectamente diseñadas, excelentes diálogos, asombrosa capacidad para adecuar el lenguaje al personaje, tendencia a la estructura circular de sus obras y uso habitual de la elipsis como fórmula para hacer avanzar la historia comprometiendo al espectador en la construcción de la historia...
Su teoría del teatro es deudora de Chejov y Pinter. Ha puesto por escrito sus reflexiones (Una profesión de putas, sobre la interpretación; Los tres usos del cuchillo, sobre la naturaleza del drama) y sus aforismos son hoy casi tan conocidos como los diez mandamientos: “Todo lo que no es esencial, es superfluo”; “el drama es acción y los personajes deben definirse por lo que hacen, no por lo que dicen” (y, por tanto, no tienen sentido las acotaciones). “No saques a escena una pistola cargada si no vas a usarla”; “sobre un escenario, la fuerza llega a veces del silencio más que del movimiento”.

Jolly y el viejo vecindario

El ciclo Pequeñas obras de grandes autores se despide por este curso con Jolly, pieza de Mamet que dirige Oscar Orzaiz e interpretan David Larrea, Adriana Olmedo, Miguel Goikoetxandia y Ana Aldave, de Iluna Producciones. Además, los espectadores podrán disfrutar del trabajo de escenografía y vestuario que ha realizado para este montaje los alumnos del Taller del Teatro Gayarre impartido desde el pasado mes de octubre por Javier Sáez Istilart.
La obra forma parte de un tríptico (al autor no le parece correcto el término trilogía) titulado El viejo vecindario. La primera de las piezas, La desaparición de los judíos, fue escrita en 1982. Las dos que le siguen, Jolly y Deeny, son de 1989. Las tres son independientes entre sí y su nexo de unión es uno de los personajes, Bobby Gould, que aparece en la primera obra dialogando con un amigo, Joey, sobre la gente que conocieron antes de que el primero se marchara de casa. En la segunda pieza, Bob dialoga con su hermana Jolly y su cuñado Carl sobre sus familiares. En la tercera pieza, Bob afronta con su esposa Deeny su última conversación antes de separarse. Aunque colocada en tercer lugar, la ruptura sentimental tiene lugar antes que en Jolly, porque los hermanos aluden a ella en su conversación, y seguramente antes que en La desaparición de los judíos, aunque no se especifique, porque puede ser la causa de la marcha de Bob del vecindario donde se crió.
David Mamet señala que el tríptico, en el fondo, trata sobre la dificultad que tienen los judíos de vivir y convivir de una manera satisfactoria en un mundo de gentiles, como es el norteamericano. “No es imposible pero es difícil ser judío y saber llevarlo. Las obras exploran ese problema”, declaró el autor en una entrevista. En el fondo, todos los personajes de esa raza tratan de vivir como asimilados, pero el peso de las tradiciones, de la herencia familiar y de la historia se lo impide.
Vayamos con Jolly. Se trata de una larga conversación, en tres actos, entre Jolly y su hermano Bob, que está de paso en su casa. Apenas interviene el marido de ella, Carl, si no es para asentir y ayudar a su frágil esposa. La primera charla tiene lugar a media tarde. La segunda, de noche. La tercera, a la mañana siguiente, poco antes de que Bob se despida para continuar su viaje a ninguna parte. El director, Oscar Orzaiz, ha introducido un cuarto personaje, una bailarina, en su relectura de la pieza.
En Mamet, el diálogo es el acabado del producto, pero su esencia está en la trama, que siempre aparece entre líneas, en lo que no se dice o sólo se llega a insinuar. Por eso hay muchos más personajes en Jolly. El detonante del enfado de los tres personajes es el padrastro, quien está vendiendo las pertenencias de la madre, que acaba de fallecer. La madre es el segundo gran personaje de la obra. Personaje en off, pero clave de la auténtica frustración vital de Jolly, pues vivió una infancia y juventud cargada de ninguneos, que van saliendo con sacacorchos en la conversación. Jolly escupe su resentimiento, que es la clave de la pieza junto con la incomunicación.
La representación dura aproximadamente 35 minutos. Suficientes para hacernos con el estilo mametiano. Comprobarán que los diálogos aparentemente simples encajan como un puzzle. Como dice Joe Mantegna de los textos de Mamet: “Es imposible improvisar. Están escrito así por una razón concreta y tu tarea es descubrir cómo decirlo de la mejor manera posible”. Mamet añade: “Como le digo a mi mujer, trabajo en esto para ganarme la vida. Si es una tragedia y no lloran no he hecho bien mi trabajo; si es una comedia y no ríen, tampoco”. Juzguen ustedes el resultado.

Víctor Iriarte
Marzo de 2005

"Declaración de Guillermo", adaptación de un relato de Bernardo Atxaga escrito y dirigido por Ángel Sagüés


José Irazu, que anhelaba escribir

“Así que un día nos ponemos a escribir. Cualquier día (generalmente cuando cae la noche) tomamos cuartillas baratas, nos sentimos diferentes y nos ponemos a escribir. Sólo porque nos sentimos culpables, cerramos las puertas, empequeñecemos la luz, bajamos la radio (qué sería de nosotros si nos descubrieran). Y buscamos las palabras exactas, las que aún no han sido profanadas del todo, las que no se han vendido todavía y las que aún nos permiten tomar de balde. Y escribimos de balde, aunque, a veces (es verdad) nos vendemos. Pero no nos pagan demasiado. Sobre todo a los que escribimos de noche (cualquier día, qué más dará) un tanto tristes y asustados”.
Acaban ustedes de leer el comienzo del primer texto que vio publicado en su vida José Irazu, de segundo Garmendia, guipuzcoano de Asteasu, entonces un chaval de 20 años, remitido desde su domicilio de la calle Mayor de Andoain al periódico El Norte de Castilla, de Valladolid. El acontecimiento (entonces no lo fue, claro está, hoy sí se puede calificar así) tuvo lugar el 27 de junio de 1971 y fue escogido por ser el mejor de los recibidos esa semana, lo que le permitía optar al premio Francisco de Cossío, que no ganó, y que convocaba ese diario, la cabecera viva más antigua del país (honor que se lo disputa El Faro de Vigo) y el de más recio abolengo literario (eso sin discusión), pues por la casa han pasado Cossío, Delibes, Umbral, Martín Descalzo, Jiménez Lozano, Manu Leguineche, Martín Garzo, entre otros... Y, curiosamente, también el patriarca de las letras vascas, con un texto en castellano.
Los que anhelamos escribir se titulaba aquel trabajo de tres folios –que es también toda una declaración de intenciones–, y fue escrito con una Olivetti propiedad de un compañero de residencia, de nombre Bernardo, que le prestó la máquina y también la mitad del seudónimo. El otro lo aportó la familia: Atxaga es el único de sus apellidos que aparecía repetido. En aquella época había que colocarse un seudónimo porque se vivía en un estado de excepción perpetuo, escribir era un acto político y había miedo. El tal José, hoy Bernardo Atxaga, estaba matriculado en Económicas en Bilbao, porque era la única carrera que se podía estudiar entonces cerca de casa. Tampoco fue mala la elección, si nos atenemos a su primer artículo: “Además, la economía no es tan mala, sobre todo cuando se estudia con textos, estadísticas y filosofías prohibidas. Hay algunos que, con la economía (o cualquier otro trabajo) han logrado morirse con dulzura, seguros de no haber vivido en vano. Hasta la época de los 65, hasta que me ponga a escribir o fumar, igual tengo la suerte de ser como los que se mueren con dulzura”.
Pero Bernardo Atxaga no esperó hasta los 65 para ponerse a escribir. Lo hizo en euskera, un idioma que se aprestaba a entrar en el siglo XXI con un limitado bagaje narrativo. Publicó Etiopía en 1978, literatura para niños y Bi Anai (Dos hermanos) en 1984 antes de confirmar a propios y deslumbrar a extraños con Obabakoak (Los de Obaba), en 1988, primera novela que gana el Premio Nacional de Narrativa Española; esto es, la mejor novela publicada ese año en todos los idiomas del país. Una novela formal y temáticamente desconcertante, que descubre a un excelente lector de la mejor literatura occidental y a un extraordinario escritor. “Es que no parece vasco”, escribió un piernas, como sorprendido de no encontrarse al protagonista tocando la txalaparta. Cuando todos esperan que siguiera esa línea, rompe con novelas que no eluden la realidad del momento: Gizona bere bakardadean (El hombre solo, 1993) o Zeru horiek (Esos cielos, 1995). Y vuelve a dar un golpe de timón: ejercicios formalistas en torno a los alfabetos, artículos periodísticos, poemas, canciones, guiones cinematográficos y relatos por entregas, como Un espía llamado Sara, de 1996.
Durante la presentación de ese libro es entrevistado en Pamplona y la conversación se detiene en Nueve palabras en honor del pueblo de Villamediana, episodio central de Obabakoak, cuya lectura es especialmente recomendable. En ese villorrio palentino se refugió a escribir. Como si la conversación fuera siguiendo el curso de uno de esos alfabetos que tanto le gustan, se deja llevar: por ese pueblo pasa el Pisuerga, y aguas abajo está Valladolid, donde se le publicó por primera vez. Recuerda haber recibido dos ejemplares del periódico junto a la gratificación: uno lo prestó a un (mal) amigo y si te he visto no me acuerdo. Su madre, por error, utilizó el otro para acolchar trastos en una mudanza, seguramente el cometido más noble que puede tener hoy un periódico ahora que ya no se usa para envolver bocadillos, pero que hizo que Los que anhelamos escribir dormitara el sueño de los justos 26 años.
Una llamada al periódico del interlocutor de Atxaga, una búsqueda nerviosa en la hemeroteca (al autor le bailaba el año de publicación) y por fin la recuperación de aquel texto iniciático, que vuelve a ser publicado el 4 de mayo de 1997, con entrevista a doble página, en la que el autor reconoce estar enredado en un nuevo proyecto: “Ahora estoy en un delicioso momento del alumbramiento de una novela. Es cuando te pasas horas imaginando y va tomando forma. Si la idea es tan buena como me parece, el resultado será bueno. Pero a veces pasa como con los sueños, que se desvanecen a medida que intentas recordarlos. Se llamará El hijo del acordeonista...”. Noviembre de 2004. La novela está por fin en las librerías; en las calles de Pamplona Montxo Armendáriz reescribe en celuloide Obabakoak y en el Teatro Gayarre se escenifica un texto de José Irazu, de segundo Garmendia, guipuzcoano de Asteasu. Se cierra el círculo. Uno que anhelaba escribir y toda la basca, en el patio de butacas, anhelando verle representado.

Desde Rute, con nostalgia

El prologuista de la sesión de Pequeñas obras de grandes autores, que es el abajo firmante, que soy yo, tiene por tercera vez este curso la puñetera encomienda de entretener la espera hablando de una representación teatral que no ha podido ver, ni siquiera intuir a partir de la lectura de un texto dramático, que es algo que suele dar como bastantes pistas, porque no hay tal. Ángel Sagüés vuelve a aprovechar el ciclo para reconvertir una narración, hoy de Bernardo Atxaga, en teatro. Una excelente narración, todo hay que decirlo. Tendremos que fiarnos de nuestras intuiciones. Hay cuatro actores anunciados en el programa de mano –dos varones y dos mujeres– para esta Declaración de Guillermo, por la que pululan bastantes personajes más, de ahí que esperemos ansiosos el trabajo de dramaturgia del director. Centrémonos en el relato, publicado en agosto de 2000 en un suplemento dominical. Está escrito desde un único punto de vista, el de Guillermo, claro está. Es éste quien narra en primera persona lo que le pasó a Pepe a los dos años de llegar ambos desde Rute, en Córdoba, a un pueblo aladico de Bilbao a trabajar en una fábrica.
Una sola voz, un único punto de vista. El de un maketo, Guillermo, que percibimos poco viajado pero inteligente por buen observador; un hombre serio, formal, respetuoso y afable. “A mí no me gustan los que no se respetan a sí mismos. Para esas cosas, yo soy de raíz muy honda”, declara. Algo torpe al explicarse, eso sí, porque no concreta. Pero tampoco es que haga falta: sabemos por los títulos de las películas que ve en el cine, y porque no hay manera en que nos pongamos de acuerdo en si toreo es lo del Viti o lo del Cordobés, que estamos a finales de la década de 1960 o principios de la de 1970.
Declaración de Guillermo es la historia de dos emigrantes y de cómo uno, Guillermo, se adapta al nuevo escenario que traza la legítima búsqueda de sus garbanzos, y de cómo el otro, Pepe, no lo consigue porque, como dice Garmendia, el del taxi, siempre hablando a voz en grito, tiene “un flanco abierto”. Ha dejado a su prometida a 1.000 kilómetros y la distancia al principio, y la nostalgia después, y el miedo a perderla luego, y finalmente los celos enfermizos, calafateados de remordimiento tras una noche de putas, acaban por agriarle el carácter y lo abocan a un desenlace trágico.
Guillermo reconoce nada más llegar su desorientación escuchando una lengua, el vasco, que parecía imposible de entender “incluso para los naturales del país”. “¡Pepe, esto no es España!”, le dice a su amigo, que se burla de él. Pero se hace. Se acomoda de patrona con Doña Concha, una señora especial, “pero especial a la manera buena”, y sorprendente: “Hasta que la conocí, yo no concebía que una mujer pudiera ser entendida en ciclismo”, dirá. Y trabaja, y hace amistades, y se atreve un domingo a sacar a bailar a la chavala que siempre se está riendo de él, lo mismo por el acento -“Icasialdec hizquetan andaluza; es decir, ¿has aprendido ya a hablar, andaluz?”- que por comer los tomates crudos, en ensalada.
Guillermo se hace, pero no hay tu tía con Pepe, que vive en dos lugares a la vez, “lo cual no significa que viviera doble, sino que vivía la mitad o no vivía en ninguna parte, porque se pasaba el día escribiendo cartas”, o llamando por teléfono a Herminia. “Una cursilada”, que decía Garmendia, para quien casi todo en esta vida es una cursilada: desde tener foto de la novia en la mesilla a la película Los comancheros. El relato avanza: los protagonistas tienen la perra suerte de cruzarse con el médico del pueblo, que no era “buena gente”. Él es quien enciende de celos a Pepe, quien encizaña, quien ahonda en la herida del joven. “Parece mentira que la única persona con cultura en aquel bar fuera la más dañina, porque yo sé que eso no suele ser así, pero nada es más cierto que lo que digo”, apunta el protagonista.
Y así van pasando los meses. Gullermo supera distintas etapas con la chavala del baile de los domingos, que se llama Dorotea, y que es más del país que las manzanas: pasa del “ecarri mushua, es decir, de los besos”, al “ezcontzian bai orain ez, en la fase de cuando nos casemos sí ahora no, quiero decir”. Y siguen bailando juntos, y viendo películas, y haciendo planes de futuro, mientras Pepe se vuelve huraño y achaca todos sus males a la gente del pueblo, a lo raros que eran, y se aísla, y pasa por confidente de la Guardia Civil, y le grita a su amigo de la infancia con amargura: “¡Esto no es España, Guillermo!”. Sólo que Guillermo, que se había pronunciado igual dos años antes fruto de su asombro ante lo desconocido, ahora no está de acuerdo, pero no puede ayudarle. Ya no puede ayudarle.
Finalmente, Pepe se inventa que Herminia ha muerto y le pide a Garmendia que le lleve en taxi, de una tacada, hasta Rute, el pueblo de Gómez de Moral, “buen ciclista, buen rodador”, como diría Doña Concha. Llega, paga el viaje, se despide en la puerta del cementerio, entra y se pega un tiro para terminar su sinvivir. La moraleja no la ponen Guillermo y Dorotea, pues bastante liados andan ahora que acaban de tener su primer hijo. Ni Herminia, que también ha sido madre no hace mucho. La pongo yo, que para eso me pagan y porque intuyo que Atxaga nos viene a decir que da igual el terruño que elijamos para instalarnos. Para estar a gusto con el mundo tenemos que estarlo con nosotros mismos. Me da que ni el propio Garmendia, con lo que es, se atrevería a afirmar que tal aserto es una cursilada.

Víctor Iriarte
Noviembre de 2004

"Macario", adaptación de un relato de Juan Rulfo escrito y dirigido por Ángel Sagüés


Y descubrimos por Rulfo que todo empezó Comala

Seguramente muchos de los espectadores que hoy asisten al Teatro Gayarre compartieron hace tres decenios el impacto brutal que supuso la lectura arrebatadora de Cien años de soledad. Aquella novela de Gabriel García Márquez, quien precisamente estos días vuelve a regalarnos con una nueva ficción, suponía un vuelco espectacular a la forma de narrar hasta entonces conocida: era extraordinaria la manera de envolverte con adjetivaciones imposibles, era inevitable el deslumbramiento que suponía esa catarata de personajes, hechos y situaciones que se sucedía a velocidad vertiginosa en una sola página y, sobre todo, era subyugante la escritura torrencial que hacía creíble la llegada a Macondo de una turbamulta de gitanos que arrastraba imanes, se movía en alfombras voladoras y predecía que la muerte de un Buendía sería comunicada a la madre por un hilillo de sangre que recorrería las calles de todo el pueblo antes de entrar hasta la mismísima cocina donde ella se afanaba en la producción de animalitos de caramelo que por un tiempo extenderían la enfermedad del olvido por toda la comarca.
Lo llamaron el “boom” de la narrativa hispanoamericana y críticos sesudos bautizaron aquella nueva forma de ver el mundo como “realismo mágico”, para enfado de quienes desde allí defendían, incluso con razones, que la realidad en el continente no sigue las leyes de la física que estudiamos en el bachillerato. Lectores más viajados nos miraban displicentes: el asombro procedía de la falta de referentes; esa forma de narrar ya estaba en los cronistas de Indias. Podía ser cierto, pero aquella era una mirada ingenua, adánica, y ésta tenía todas las mañas asimiladas de una lectura atenta de Faulkner.
Por eso, la auténtica sorpresa llegó cuando nos dijeron que no fue en Macondo ni en Yoknapatawha donde surgió esta nueva peripecia lectora, sino en un pueblo incierto, en Comala; y que el padre de esa narrativa se llamaba Juan Rulfo. Un escritor agónico y misterioso, que abrió y cerró su carrera literaria entre los años 1945 y 1955 con sólo dos títulos, e incontestables: la colección de cuentos El llano en llamas y el relato Pedro Páramo. La lectura de esta novela también tuvo carácter de revelación. Cuenta la llegada a Comala de Juan Preciado, que ha prometido a su madre moribunda ajustar cuentas con su padre, el cacique, cuyo nombre da título al relato. Son apenas 80 páginas, pero de una densidad que asombra. Juan dialoga con los habitantes fantasmales de ese pueblo extraño y misterioso, poblado por una caterva de desheredados de la tierra que le dan noticias de Pedro Páramo, hasta que el lector descubre, casi al mismo tiempo y con el mismo asombro que el del protagonista, que Pedro Páramo está muerto, que todos los que pululan por Comala como extraviados en el espacio y en el tiempo son ánimas en pena, y que el propio Juan Preciado también ha dejado el mundo de los vivos.
Pedro Páramo se publicó en 1955 en la revista Pan, y podemos hacer el chiste fácil de decir que ese sencillo cuadernillo hizo de nuevo el milagro de multiplicarse y saciar el hambre literaria de varias generaciones. Porque ese año acabó la escritura de tinte realista y regionalista, es decir, decimonónica, que se había producido hasta entonces en México, y supone la ruptura sin contemplaciones con los viejos modos de novelar en la América hispana. Una ruptura radical en las formas, pero no en los contenidos, pues conserva obsesiones eternas: la soledad y la muerte como gran protagonista, la violencia sempiterna, el poder como ejercicio despótico del capricho, el desencanto ante la conciencia de la peripecia humana, el lamento de los miserables, la historia como expresión vivida de la derrota.
De su autor sabemos que fue hijo de Juan Nepomucemo Pérez Rulfo y María Vizcaíno Arias y que nació cerca de la aldea de San Gabriel, parroquia de Sayula, estado de Jalisco, en 1918. Cinco años después, ese niño de ojos despiertos contemplaría el asesinato de su padre, y antes de alcanzar la madurez, vería morir violentamente a todos sus tíos paternos en las luchas entre revolucionarios y cristeros de la década más turbulenta de México. Con 9 años pierde a su madre y Juan Rulfo y sus tres hermanos viven con su abuela en distintas ciudades. Intenta sin éxito los estudios universitarios y aprende lo que le queda por saber de la verdad de la vida vendiendo por todo el país llantas para vehículos como agente de la Goodrich Euzkadi. De su biografía, poco más: lo sabemos tímido, retraído, amable. Buen fotógrafo, ha dejado una importante colección de instantáneas de notable valor etnológico y artístico. Quizá lo más aventurero y triunfal de su existencia fue haber podido derretir de amor a Clara Aparicio, once años más joven, con una correspondencia de una dulzura poética singular, que le permitió llevarla al altar y hacerle dos hijos. Colaboró desde joven en revistas literarias e intentó la carrera literaria pero sólo de verdad por un decenio. Su salto al cine tampoco fue lustroso: sus cuentos inspiraron menos de media docena de cortos y largometrajes. Anunció en el 66 una novela, La cordillera, de la que nada se supo. Por fortuna para sus lectores, su viuda publicó aquellas cartas de amor de comprobada efectividad.
Se reconoció, las pocas veces que concedió entrevistas, un moribundo sempiterno. Su infancia triste quizá le atrofió los resortes de la alegría necesarios para disfrutar del Premio Nacional de Literatura de México, en 1970, y del Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en 1983. Y ninguno de los galardones animó al honesto funcionario del Instituto Nacional Indigenista a seguir publicando. ¿Para qué, si se sabía en el Parnaso? Desde 1986 dialoga sin complejos con Pedro Páramo y Juan Preciado, entendemos que en Comala.

Junto a la alcantarilla, esperando que salgan las ranas

Nuevamente, el curso Pequeñas obras de grandes autores ofrece la adaptación al escenario de un relato no concebido como teatro. Si hace tres semanas Ángel Sagüés se atrevía con un cuento de Chejov, ahora se aventura con Rulfo. Un ejercicio de estilo meritorio, por ecléctico. Si el ruso es el paradigma de la literatura realista, Rulfo sólo trabaja la imaginación: “La realidad no me interesa desde el punto de vista literario; en todo caso, exclusivamente para transformarla”, declaró en una ocasión el escritor mejicano. Ni siquiera su propia biografía, su infancia triste o las vivencias que compartió recorriendo el país y tratando a indígenas y gachupines, le sirvió como material novelable, cuando cualquier otro escritor habría encontrado en ese trotamundeo miles de referentes con que encuadernar páginas enteras.
Macario es el relato escogido por Sagüés, el primero de la colección El llano en llamas. Se trata de un monólogo interior de un personaje al que no podemos imaginar, porque en la brevedad del relato y en la posición del narrador no cabe una descripción física cabal. Solamente lo suponemos infantiloide, rallano en la deficiencia mental o, quizá sería mejor decir, totalmente entrado en la oligofrenia. Un personaje literariamente muy atractivo, cuya simpleza desarmante deja entrever un trasfondo turbador: su relación afectiva con la criada Felipa, su radical miedo a la muerte y a la condenación, las “ausencias” de memoria que le impiden recordar –por más que se lo han contado- aquella agresión que cometió en el pueblo, cuando inventaron que le apretó el pescuezo “a una señora nada más por nomás”, o su inquietante hambre africana que no sacian ni flores, ni ranas, ni sapos, ni cualquiera de los seres vivos que acostumbra a llevarse al buche.
Junto a Macario, el relato nos regala dos mujeres menos invisibles al lector que al propio huérfano que nos cuenta una vida desgraciada a ojos vista, excepto para él. De la criada Felipa sabemos de sus ojos verdes e intuimos algo más que afecto: una morbosa relación que incluye el abuso sexual, aunque el inocente lo tome por un juego de arrullos y cosquillas. Por el contrario, la que se nos dibuja como antipática madrina trasluce una dulzura mal pagada, una generosidad que no aplana la consciencia de que sus ojos negros no verán la recompensa: ha recogido a ese deshecho humano, lo alimenta, lo cuida, le encarga trabajos que dan distracción a su soledad y, lo que es más importante, lo salva de una muerte segura encerrándolo en la casa y no permitiendo que recorra el pueblo si no es en su compañía. Homo homini lupus, la madrina sabe que Macario es fácil presa de la jauría que lo espera para correrlo a pedradas y por eso lo escolta en su desplazamiento diario a misa. Allí, ata sus manos para evitar sus desmanes, ante la mirada, intuimos que bovina, del protagonista del relato.
Macario es Macario, pero también son las partes de su cuerpo con las que dialoga y que parecen vivir su propia vida. No se entiende con ellas, actúan por su cuenta, como cuando su cabeza se empeña en golpearse contra las paredes o contra el suelo para poder oír los atabales que escucha al salir de la iglesia, o cuando tienen que amarrar sus manos porque de lo contrario corren a arrancar las costras picantes y provocan nuevas hemorragias en su piel.
Estamos por lo tanto ante tres personajes maravillosos, que suponemos han atrapado sin remisión al director y a los actores que protagonizan la velada de esta noche, y que viven encerrados en un pueblo inmundo, dominado por el hambre, la crueldad, los trastornos de una guerra civil inacabable y la superchería de una doctrina cristiana siempre mal explicada y peor entendida. Un pueblo donde parece que el mundo se ha detenido para siempre, donde sus habitantes se saben condenados a sufrir de por vida un asfixiante clima de desencanto y fatalidad, como sucede en todo el universo literario que imaginó Rulfo.
Por tanto, todo ha quedado bien dibujado. Sólo falta terminar la tarea pendiente, que exige buen ánimo y resolución. Aguardar frente a la alcantarilla a que salgan las ranas, las mismas ranas que han atronado la noche anterior y han espantado el sueño de la madrina. Así, en tensión, evitando caer dormido, para que cuanta rana salga a pegar de brincos fuera, Macario pueda apalcuachararla a tablazos.

Víctor Iriarte
Noviembre de 2004