viernes, 23 de octubre de 2009

La cabra, de Edward Albee, en euskera, el sábado en Gayarre

El escenario del Teatro Gayarre va a acoger mañana sábado, 24 de octubre (8 tarde), la puesta en escena de la obra Ahuntza, edo nor den Sylvia?, versión en euskera de la función de Edward Albee La cabra o ¿quién es Sylvia?, realizada por la compañía donostiarra Txalo Produkzioak.

La compañía donostiarra Txalo recupera éxitos teatrales como El método Grönholm y ahora lo hace con Ahuntza, nor den Sylvia? Escrita por el norteamericano Edward Albee, la obra viaja al centro del amor, los celos y los ideales; es una tragedia sobre la transgresión de los límites. Presenta a Martin, un arquitecto de éxito, y Stevie, un matrimonio que parece perfecto hasta que él confiesa que está locamente enamorado de Sylvia. ¿Quién es Sylvia? Una cabra.

La pieza se estrenó en 2002 en Nueva York. Tres años más tarde, el actor español Josep María Pou la eligió para lanzarse a la dirección, además de interpretar la obra. Ganó el Premio Nacional de Teatro 2006. Ahora Txalo la presenta en euskera con los actores Ramón Agirre, Asier Hormaza, Anne Gabarain y Asier Oruesagasti.

La comedia se ha convertido en un intenso drama. La perfecta convivencia del matrimonio protagonista es ahora un espejismo. Martin, reconocido arquitecto, hombre íntegro, respetable, inteligente... deja de ser todo ello porque ama a Sylvia... porque Stevie, su mujer, porque, Ross, su mejor amigo, y porque Billy, su hijo saben que ama a Sylvia. Edward Albee afirmó que había conseguido escribir una obra con la que lo expulsarían del teatro americano.

Una obra que habla de los límites de la tolerancia o de la comprensión. De lo que nos permitimos hacer o pensar de nosotros mismos. De la libertad que nos permitimos ejercer y de la libertad que permitimos ejercer a aquellos que nos rodean. De la humanidad y la inocencia que hemos dejado escapar no sabemos cuándo ni hacia donde. De la hipocresía que marca de manera imperceptible nuestra cotidianidad. De la soledad, en fin, con la que afrontamos la vida y de la ficticia compañía de unos afectos que solamente nos alcanzan cuando aparentamos ser aquello que se considera política y moralmente correcto.

La cabra o ¿Quién es Sylvia? parte de una situación extrema, intencionadamente extrema... grotesca también, intencionadamente grotesca. Martin descubre en los ojos de una cabra, a la que llamará Sylvia, algo que no ha visto nunca en los ojos de un ser humano. Se enamora. Confiesa su amor a su mejor amigo, al que creía su mejor amigo, quien en un acto impulsado por el profundo respeto y afecto se lo comunica a Stevie esposa del primero... en plena discusión o catástrofe matrimonial, que nunca hubiera existido sin la amistosa intervención de Ross, se entera su hijo Billy.

El tema de la zoofilia no es algo nuevo, y aquí es un simple pretexto. Un punto de partida. Por tanto, sería un error quedarse en la superficie. La situación que Edward Albee nos presenta es, por así decirlo, la punta de un iceberg que atañe de forma muy directa nuestra vida, nuestro día a día y nuestra humanidad.
Es una magnífica obra de teatro. Intensa, desconcertante, repleta de diálogos y situaciones brillantes, dotada de un agilidad y una fuerza inusuales. De igual manera, es exigente, muy exigente. La fuerza de la palabra requiere de unos actores cuya capacidad y riqueza interpretativas estén fuera de toda duda, de unos actores cuyo compromiso profesional los convierta en los seres humanos que viven detrás de las palabras escritas por Edward Albee.

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