domingo, 31 de enero de 2010

Sobre Our class, teatro, y la mejor película de la historia

"Es magistral la organización narrativa de Tadeusz Slobodzianek, aunque no lo es menos la puesta en escena de Bijan Sheibani. Desnudez, claridad y un superlativo trabajo actoral siguen siendo las bazas de este joven director británico. Escenario vacío, luz cenital, diez sillas, y otros tantos intérpretes que realizan la proeza de pasar de la infancia a la vejez sin maquillajes, sin pelucas, sin clichés. Diez intérpretes que narran y dialogan, que pasan de la reflexión al arrebato, que cantan y bailan, que se abrazan y pelean, y que nunca abandonan el rectángulo de Cottesloe, porque el texto pide que los personajes muertos continúen en escena, fantasmas siempre presentes en la memoria de los vivos. Dos sutiles y poderosísimas pinceladas de dirección (...). Cuesta elegir entre tal o cual actor porque todos son, pese a su juventud, de primerísima fila; cuesta, igualmente, quedarse con tal o cual escena porque las cotas de emoción se agolpan en el recuerdo".

Marcos Ordóñez en Babelia (El País, 23-1-2010) a propósito del estreno de Our class, de Tadeusz Solobokzianek, en el teatro Cottesloe de Londres, con dirección de Bijan Sheibani, que incluyo en la semana en que se conmemora el 65 aniversario de la llegada de las tropas rusas a Auschwitz.


Y una afirmación tomada al vuelo ayer en TVE tras la emisión de Luna de Avellaneda:

"La mejor película de todos los tiempos es ¡Qué bello es vivir!" (It's a Wonderful Life, 1946), de Frank Kapra, aseveración del director de cine argentino Juan José Campanella.

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