Asisto este viernes a una función de teatro aficionado en Civivox Iturrama. La obra se titula RR.HH. Recursos humanos y lleva algunos meses moviéndose por escenarios locales. A los dos minutos de representación, observo sorprendido que se trata de una reducción para tres personajes, y adaptada para tres personajes femeninos, de El método Gronhölm, de Jordi Galcerán. No es este el momento de plantear aquí esa actitud tan habitual en algunos grupos aficionados, y para mí tan estúpida, de montar (mal) lo que en la misma ciudad se ha exhibido -bien- por compañías profesionales, porque quienes lo ponen en escena son un elenco muy aficionado sin las condiciones interpretativas ni conocimientos necesarios para afrontar la complejidad de situaciones y diálogos que plantea el texto.
Lo que lamento aquí es que en el programa de mano no aparece en ningún momento el nombre de Jordi Galcerán, lo cual es insultante, ni se advierte al espectador de que se trata de una adaptación de El método, ni por supuesto quién la ha llevado a cabo.
Me parece una falta de respeto a la autoría teatral (por gente que se supone que ama el teatro) y una indecencia intelectual que descalifica a quien la comete y que la administración que tutela la representación (el Ayuntamiento) no debiera consentir ni amparar. Actitud que se hace más ofensiva y agrava el texto que firma el elenco en el programa de mano: "en los últimos tiempos hemos estado entretenidos haciéndonos esta pregunta: ¿hasta dónde están dispuestos a llegar algunos departamentos de recursos humanos para comprobar que un candidato "da el perfil" para el puesto de trabajo?". ¿Vosotras habéis reflexionado? ¿O fue Galcerán y os habéis limitado a saquear?
El grupo se llaman Indocumentadas. El nombre es lo único acertado que vi en la velada.
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2 comentarios:
¿Cómo es posible que entre la propia gente del teatro haya quien sienta tan poco respeto por la figura del autor? ¿Es que no ven que están tirando piedras contra su propio tejado?
¿Quizás sea mejor que nos vayamos todos al futbol? Y a mi que me parece que los "críticos literarios" debieran animar a que todo el mundo, en cualquier nivel, practicara teatro, y en este caso parece que no....
De todas maneras la talla de uno también puede medirse por el tamaño de los enemigos a los que se enfrenta. O no había más a mano. En fin, país.........
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