sábado, 23 de abril de 2011

Así nos luce el pelo: Los políticos ante las continuadas estafas de las empresas a los ciudadanos

Un largo repertorio de injusticias pasan diariamente ante los gobernantes de hoy -ni figuras sagradas, ni seres carismáticos, ni magos de Oriente- sin llevarles a corregirlas. No se tratará, en la mayoría de los supuestos, de intervenir en litigios de categoría histórica, sino de solventar abusos de compañías aéreas, explotaciones, timos y estafas que sufren las personas a granel y casi en cualquier parte.

La inhibición de los gobernantes en las sistemáticas estafas de las empresas de comunicación, la indolencia de la ley ante los hurtos que bancos y aseguradoras preparan dolosamente en la letra pequeña, la explotación de mujeres en los puestos de trabajo o de hombres que llegan o no de otro país, la lenidad de los partidos ante la podredumbre de sus afiliados, la tolerancia sobre la acumulación de dinero en unos cuantos que arruinan a decenas de miles, la pasividad ante el conchabamiento de compañías para incrementar los precios, etcétera, forman una ristra de hechos encadenados a la inmoralidad, la inclemencia, la inequidad y la prepotencia. Y ello, efectivamente, ante la culpable ineficiencia del Gobierno que está pero no está.

¿Sociedades de consumidores y usuarios? ¿Defensores del pueblo o del ciudadano? El Estado debiera ser quien desempeñara real y directamente estas funciones. ¿O no? (...)

Los tiempos del Antiguo Régimen que trataba a los ciudadanos como bárbaros se prolongan hoy, estetizadamente, en los Gobiernos que, en vez de ocuparse en mejorar los repartos de la riqueza y el bienestar general, emiten declaraciones hueras o demasiado tontas y luego duermen o no.

La cuestión en suma ha llegado a ser esta: ¿para qué sirve esta grey de cargos nacionales o no, que mientras despilfarran, otorgan favores a sus allegados o son tan escolarmente ignorantes que no solo no hablan inglés o algo de economía en este mundo globalizado sino que mienten como sistema para lograr la próxima investidura que le cubrirá de la cabeza a los pies y con al cual no ve, no oye, apenas se mueve?

Sordos, ineptos, cegados por la burbuja del poder, se comportan de la misma manera qeu los especuladores financieros.

Vicente Verdú en Cuentos chinos, publicado en El País, 16 de abril de 2011.

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