sábado, 24 de febrero de 2007

Excelente montaje del Biarritz Ballet

Poco público en el Gayarre para presenciar a la magnífica compañía Biarritz Ballets, que presentó el espectáculo estrenado el año pasado en homenaje a Mozart en su 250 aniversario. Las coreografías de Thierry Malandain eran excelentes y, en un caso, con notable sentido del humor, y el cuerpo de baile demostró unas grandes cualidades.
Ya lo dije en directo en el programa de radio y lo repito. A pesar del nombre, se trata de uno de los ballets nacionales de Francia. Los franceses, que son muy centralistas y muy suyos, pero también muy coherentes, entienden que tan francés es un gascón como un parisino, y por tanto todo el territorio es objeto de la acción del Estado. No como en España, donde tradicionalmente se ha confundido a España con Madrid, y así nos luce el pelo.
Por eso en Francia hay 23 orquestas nacionales (en España una, en Madrid), 13 centros coreográficos nacionales (en España dos compañías de danza, en Madrid), y varios centros dramáticos nacionales (en España dos, clásico y contemporáneo, en Madrid).
O sea, que a todos los bobos que se les llena la boca con el "Paña, Paña", a ver si por un casual empiezan a utilizar la neurona y hacen país desde las artes escénicas. Durante años, un parisino tenía más oportunidades de ver al Ballet Nacional de España que un habitante de Lugo o de Pamplona, porque no giraban por el país.
La fórmula de Centros coreográficos nacionales está dando grandes resultados: se crean centros de formación a cargo de prestigiosos directores, se hace un programa de educación desde la base, se crea un estilo propio en cada centro, se programa danza contemporánea con asiduidad y se crea público. Y aquí vamos como vamos.
Me sorprendió la escasa afluencia en el Gayarre, que no llenó el patio de butacas. Más teniendo en cuenta la gran cantidad de academias y lugares donde se baila en Pamplona y la gran afición que hay, que sí se nota cuando vienen "nombres" a Gayarre o Baluarte. Es nuestro pecado nacional: músicos y profesores de música que no van a conciertos, actores y profesores de teatro que no se les ve en una representación ni por casualidad... ¿También en la danza? Difícilmente se puede aprender sin ver. Por mucho que lo disimulen luego.

1 comentario:

Fernando dijo...

Algo de razón ya tiene usted, pero, qué quiere que le diga, no me imagino yo a cualquier comunidad autónoma aceptando de buen grado en su territorio una Orquesta Nacional, o una compañía nacional de Danza, bajo la dirección política del Delegado del Gobierno en la comunidad, que es como funcionan las DRAC (Direcciones Regionales de Asuntos Culturales) francesas.
Y lo que le faltaba a la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya es llevar otro Nacional en su nombre...