lunes, 30 de abril de 2007

CRÍTICA: "La consagración de la primavera"

La Compañía de Heddy Maalem prácticamente llenó el domingo el Teatro Gayarre para su espectáculo de danza contemporánea sobre la base de La consagración de la primavera y tres momentos más ambientados con ruidos de la calle y vídeo. El público aplaudió muchísimo, hasta el punto de obligar a salir de nuevo a saludar a los 12 bailarines (7 hombres y cinco mujeres), lo cual indica que le gustó mucho el espectáculo.
Y no me extraña. De entrada, por la dificultad de coregrafiar una pieza que no se caracteriza precisamente por su línea melódica ni por su ritmo continuado. Es una partitura compleja y los bailarines la siguieron muy bien. La concentración y fisicidad de los movimientos de los danzantes ayudaron al público a entrar en la propuesta, al no seguir el baile (creo) una línea narrativa clara. También llamó la atención la disparidad de cuerpos. Frente a elencos que seleccionan una línea similar en sus integrantes para buscar simetrías y proporciones, aquí cada bailarín era muy distinto al anterior en estatura, volumen (diría incluso que raza), lo que daba una variedad a la propuesta muy sugerente.
Este público que disfrutó el domingo debería tratar de repetir en el Gayarre y no perderse El bazar de la langosta, de la Needcompany, pues les va a ofrecer una línea todavía más rupturista.

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