domingo, 12 de agosto de 2007

Dos mil espectáculos se exhiben estos días en Edimburgo

La principal movida teatral, ahora mismo, es el Festival de Edimburgo, oficial y fringe (que cumple 64 años). El suplemento cultural de ABC, que sale los sábados y es bastante bueno, ofrece algunos datos que os reseño. Por cierto, no penséis coger un avión y plantaros allí, porque me ha comentado una amiga que intentó ir y que no debe haber alojamiento en 50 kilómetros a la redonda, porque coincide también un festival de música celta y dos o tres gaitas más.
Ahí van los datos: más de dos mil espectáculos, 250 localizaciones, con 304 espectáculos gratuitos y más de 18.000 artistasen tan sólo veintidós días, hasta el próximo 27 de agosto, en el considerado festival más largo del mundo. El único requisito: creatividad, historias nuevas, originales, lejos de cualquier convencionalismo estético.
Funambulistas, pegadizas melodías capitaneadas por una curiosa aspiradora, portadores de cometas, tragafuegos, caricaturistas, vendedores de la buena fortuna..., en definitiva, compañías procedentes de todas las partes del globo, dan la bienvenida a los miles de turistas que estos días abarrotan la capital escocesa para disfrutar de una nueva edición del Fringe Festival, cuya programación se desarrolla en paralelo a la del más solemne Festival Internacional de Edimburgo, que comenzó ayer.
Estos dos certámenes forman parte de una copiosa iniciativa cultural que daba su pistoletazo de salida y entre fuegos de artificio, a finales de julio con el Festival de Jazz y que, además del Fringe y el Internacional, se completa con la celebración de otros fesivales: el Militar Tattoo, el del Libro y el Internacional de Cine, todo ello a lo largo del mes de agosto.
La propuesta del Fringe es clara y todavía fiel a sus raíces: romper con los moldes establecidos, las historias convencionales y la oficialidad de los teatros. Todo vale, como así refleja un programa cultural variopinto que, un año más, copan teatro y comedia. «Buscamos en todo momento el equilibrio de estos dos géneros, cada uno supone el 30 por 100 de las actuaciones, que se completan con música, danza, exhibiciones y espectáculos para niños», comenta Leroy Harris, uno de los organizadores de esta gran cita. Como novedades para futuras ediciones, con el cambio de director, están la inclusión de un castillo en el reparto de localizaciones y la expansión del certamen en la capital.
Poco después del mediodía del pasado día 5, las taquillas de Edimburgo colgaban ya los primeros carteles de «todo vendido» o «no hay entradas». El cabaret Lady boys of Bangkok era fiel reflejo de ello, con un aforo completo para sus dos primeros espectáculos. La compañía de Las Vegas se convierte en una de las citas de esta edición.
Lo mismo pasa con Between the devil and deep blue sea, otro de los prometedores cabarets, que se distinguen por su versatilidad: música en vivo, teatro y animación, de corte satírico, capitaneadas por una impecable coreografía. En la misma línea aterrizan Eurobeat, almost Eurovisión, una divertida crítica al certamen europeo, emplazado en esta ocasión en una soleada Sarajevo, y la obra Bigger than Jesus, dirigida por Daniel Brooks y que viene avalada por premios al mejor actor, Rick Millar, y mejor obra.
El apartado de teatro se completa con sorprendentes propuestas llevadas al campo de la danza. Una de ellas es la que ofrece Allan Radcliffe y la premiada compañía francesa Au cul du loup; en su obra Score, la producción conjuga a la perfección movimiento y música. Mientras, Dance Base, porcedente de Glasgow, presenta su prometedor espectáculo Stratospheric, cuya trama mezcla adolescentes, la esposa de un futbolista, una septuagenaria y un hombre con vestido.

Españoles

Especial mención hay que hacer a las compañías españolas, que se caracterizan este año por su versatilidad, y es que, como explica Harris, «la presencia de compañías internacionales funciona a la perfección y les permite conseguir trabajo en todo el mundo». En este apartado, la cultura flamenca cobrará en los próximos días especial relevancia con la presencia de numerosas producciones, entre ellas, Alba flamenca y Café cantante. Asimismo, cabe destacar la presencia argentina de Fuerzabruta, un espectaculo de Diqui James, uno de los fundadores de la conocida compañía De La Guarda, en el que la música se combina con una mezcla de poesía, violencia, belleza y desorden, que recibía estos días sus primeras críticas positivas.

Comedias trasgresoras

En cuanto al apartado de comedia, destacan Comedians Theatre Company, en Breaker morant, una referencia a la explotación ejercida por el Reino Unido hacia numerosos países, entre ellos Australia. Algunas de las historias se han visto ya por los circuitos españoles, tal es el caso de Marionetas del pene, una repleta muestra de las figuras que se pueden llevar a cabo con el órgano viril masculino, ya sea en forma de hamburguesa o de Torre Eiffel. Con numerosos premios a sus espaldas, llega también el show de Rebecca Drysdale, no exento de temas «no políticamente correctos», entre ellos, nudismo, lesbianismo y racismo político. Para nombres propios, además de los de Ricky Gervais y Tommy Sheridan, el de uno de los cómicos que ya consiguieron los aplausos del público en ediciones anteriores, Mark Watson, que ofrece más de una hora repleta de historias diarias, banales, presentadas con un gran sentido del humor.
Un espacio especial tienen en esta edición la ópera y la música. Edimburgo programa una variada oferta, desde música traída desde el corazón de África a divertidas referencias a cuestionados festivales como el de Eurovisión. La carta musical la encabeza el grupo Razorlight, que el próximo 26, en el Meadowbank Stadium, ofrecerá más de cinco horas de música. Teatro de calle, marionetas y referencias a conocidos personajes de la pantalla como Harry Potter completan el programa destinado a los más pequeños.

Una cita multicultural para todos los bolsillos, con carpas al aire libre, bares y hoteles abarrotados, y expresiones artísticas de todo tipo, que pondrá su colofón el 27 con un espectáculo pirotécnico desde su emblemático castillo y la entrega de premios.

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