martes, 11 de diciembre de 2007

Actto para la Noche Buena, del siglo XVII, una de las primeras obras en euskera cierra el jueves el ciclo Antzerki Aroa

Uno de los primeros textos teatrales en euskera, Actto para la Noche Buena, del siglo XVII, cierra este jueves el ciclo Antzerki Aroa del Ayuntamiento de Pamplona.

Pedro Ignacio Barrutia (Aramaio, 1682- Arrasate, 1759) sumó en Actto para la Noche Buena personas de su época a personajes bíblicos. Ahora, tres siglos después, Josemari Vélez de Mendizábal ha adaptado aquel texto a nuestros días. La compañía arrasatearra Doke An-tzerki Taldea, bajo la dirección de Itziar Recalde, ha sido la encargada de llevar a los escenarios la primera obra teatral escrita en euskera que se conoce a este lado del Pirineo.

La cita es el jueves, a las 20.30 horas en la Escuela Navarra de Teatro y las entradas cuestan 6 euros (4,20 para los miembros de euskaltegis y asociaciones relacionadas con el euskera). El espectáculo cerrará la programación del ciclo de teatro en euskera Antzerki Aroa que patrocina el Ayuntamiento de Pamplona.

Actto para la Noche Buena es bilingüe, sin embargo, prevalece el euskera sobre el castellano. Barrutia redactó la presentación de cada acto -las partes con un registro más culto- y la mayoría de las voces corales en castellano y la adaptación ha seguido la misma línea. Así, las piezas musicales, parte importante de la obra de la que se ha encargado Sabin Salaberri, se han mantenido como en el texto original .

El texto ya tenía un corte moderno para su época. Traslada Nazaret a Arrasate. De hecho, fue escrito para representarlo en Mondragón, aunque no se sabe si llegó a hacerse o no. "La adaptación está descontextualizada y ofrece lecturas diferentes", indicó Mendizábal en la presentación de ayer: "Hemos traído el imaginario del siglo XVIII al actual". Además, han adaptado el euskera y los arcaísmos han sido sustituidos por una terminología más moderna. Con intención de hacer más atractiva la obra, han hecho "una especie de farsa" de algunas partes para "dar credibilidad". Por ejemplo, se le ha dado un giro a la caracterización de personajes del siglo VIII como los criados o los mesoneros.

La compañía Doke comenzó el año pasado a interpretar la obra. Un grupo amateur de dieciséis actores que, tal y como indicó María Asun Pagoaga, miembro de Doke, "la mayoría no habíamos subido nunca a un escenario". Ése ha sido uno de los principales nexos con el texto original, que fue escrito para ser representado por ciudadanos de a pie.

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