martes, 8 de enero de 2008

"Brundibar", ópera para niños escrita en un campo de concentración nazi, en los conciertos escolares esta semana

El Gobierno de Navarra ofrece esta semana varias representaciones de la ópera Brundibar, de músico checo Hans Krása, uno de los escasos títulos del repertorio operístico para niños, que va a representar en castellano un elenco integrado por la Escolanía del Orfeón Pamplonés, en la que cantan unos 60 chicos de entre 11 y 16 años.

Las representaciones escolares tendrán lugar en la sala grande de BALUARTE el jueves y el viernes por la mañana. Se calcula que alrededor de 9.000 personas van a asistir a las distintas representaciones.

Los Conciertos en Familia, abiertos a todo el público, serán dos, también en BALUARTE: el viernes 11, a las 19:30 horas, y el sábado 12, a las 12 horas. Entradas: 6 euros. (Las familias que adquieran 4 entradas pagan sólo 3, un total de 18 euros).

Se trata de una co-producción del Teatro Real, ABAO de Bilbao, Teatro Campoamor de Oviedo y Gobierno de Navarra. La Escolanía del Orfeón cantará en Pamplona y Bilbao.

La historia de esta ópera es terrible y trágica, y la cuento aquí:

Fue escrita en 1938 por el compositor checo y judío Hans Krása, que moriría 6 años después en el campo de exterminio de Auschwitz. El libreto es de Adolf Hoffmeister, un escritor y caricaturista checo. Los nazis, cuando ocuparon Checoslovaquia, crearon un campo de concentración en la localidad de Terezín, Theresienstadt en alemán, que fue utilizado como campo de tránsito para los judíos de varios países durante la Segunda Guerra Mundial que luego eran derivados hacia los campos de exterminio, como Auschwitz.
Pero los nazis utilizaron Therensienstadt como escaparate del “supuesto” buen trato que daban a los judíos, y era el campo que enseñaban a la Cruz Roja Internacional y a visitantes de países neutrales, y lo presentaban como un balneario. Por eso llevaban ahí a los judíos famosos internacionalmente como médicos, artistas, músicos, investigadores... Llegaron incluso a filmar un NO-DO para difundirlo por los países ocupados y tranquilizar a los judíos que iban a ser reasentados.
Por cierto, conozco dos obras de teatro sobre esta historia: Después de la lluvia, del francés Enzo Cormann, que se pudo ver en el Teatro Gayarre, y Himmelweg, de Juan Mayorga, en el que aparece un diplomático español de la Cruz Roja que no vio el engaño.
A pesar de las condiciones humillantes e inhumanas que también se daban, pero que se ocultaban a la vista de los extraños, esta situación permitió a los prisioneros de Theresienstadt desarrollar su propia vida cultural. Se conservan muchos dibujos y poemas de los niños. La ópera Brundibár fue representada allí 55 veces entre 1943 y 1944. Por allí pasaron y cantaron o presenciaron la ópera 15.000 niños y menos de 200 sobrevivieron.

SINÓPSIS: Brundibár es el malo del cuento. Dos niños que no tienen dinero, Pepicek y AniKa quieren comprar leche para su madre enferma y van a cantar a la plaza, pero Brundibar, organillero les echa. Unos animales y los niños del pueblo les ayudan y cantan una bonita canción de cuna. Brundibar les roba el dinero pero luego lo recuperan y echan al malo del pueblo.

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