viernes, 11 de julio de 2008
Los actores Juanjo Otero y Matxalen de Pedro y los bailarines Izaskun Santamaría y Jorge Lastra, cuatro vascos en Magalia
Los actores Juanjo Otero y Matxalen de Pedro y los bailarines Izaskun Santamaría y Jorge Lastra son los cuatro representantes vascos en los Encuentros de Creación Contemporánea en Magalia, el único festival de teatro y danza del verano del Estado en el que no se programan obras terminadas, sino procesos creativos cuyo montaje final sólo se conocerá el día de la exhibición. Esta muestra, que se celebra por tercer año consecutivo organizada por la Red de Teatros Alternativos, comenzó el 3 de julio con el encierro de 42 creadores e intérpretes españoles en el castillo ubicado en Las Navas del Marqués (Ávila) y ofrecerá al público del 9 al 12 de julio doce propuestas de teatro, danza y performance cuyo resultado ahora mismo es una incógnita.
El Gobierno Vasco es uno de los patrocinadores de este evento, cuyo presupuesto total de 155.000 euros costean el INAEM y la Dirección General de Política e Industrias Culturales, ambos dependientes del Ministerio de Cultura, y las comunidades autónomas de Cataluña, Andalucía, Castilla y León, Navarra, Aragón, Madrid, Canarias y Baleares.
La peculiar idiosincrasia de los Encuentros en Magalia lo convierten en la auténtica “alternativa” a la rica oferta teatral cerrada que se exhibe en distintos festivales españoles durante el verano. La Red selecciona y reúne a 42 creadores, entre autores, intérpretes y directores, que no se conocían ni habían trabajado antes juntos. El reto es apasionante: tienen apenas siete días para ensayar 12 propuestas escénicas, cuya exhibición permitirá conocer el sobresaliente momento creativo que viven las nuevas tendencias y el teatro-danza no convencional en España.
Juanjo Otero (Iurreta, 1974) es el único actor de los 42 que repite en Magalia después de haber participado en la edición de 2007, y lo hace a propuesta de la Sala La Fundición, de Bilbao. “Magalia tiene varios alicientes, como promover un estado de concentración y creación durante dos semanas; además, es una gran oportunidad de encuentro porque yo he trabajado en Bilbao con polacos, africanos, colombianos y georgianos y nunca había actuado con un canario o una gallega”, dice. Además, cree que existe una “forma de hacer teatro específicamente bilbaina”, gracias a una generación “fresca, muy creativa, especializada en la improvisación, con grandes ideas y formada en aspectos técnicos, danza y circo, por lo que creamos de una manera muy concreta, a partir de propuestas que se van resolviendo en los ensayos, y en Magalia me puedo enfrentar a un texto ya escrito. En Bilbao es difícil si no estás integrado en una compañía. Aquí he descubierto a autores actuales y obras muy interesantes”, añade. “Además, en Bilbao padecemos el rollo borbónico de trabajar siempre los mismos con los mismos y aquí partimos de cero, porque no conoces a tus compañeros”, subraya.
Otero trabaja en dos lecturas dramatizadas, muy diferentes a nivel textual y de dirección. “Me dirige en HAMSTER el madrileño Fernando Soto y me encanta su elegancia punk”, explica. Será un paréntesis en su trabajo: graba en julio un documental y empieza los ensayos de una nueva obra con el grupo Aborigine. Además, continúa trabando con Paco Revuelta y el artista plástico Iñaki Sáez en Burm(u)ina, juego de palabras entre cerebro, dolor y esencia que da nombre a una propuesta que tiene parte de teatro, instalación y audiovisual y obliga a los públicos a moverse. “Se estrenó en el Bilbao Antzerki Danza (BAD) y en el Festival Escena Abierta de Burgos y la hemos representado en acciones de calle y galerías de arte”, explica. Además, continua integrando el colectivo La Chusma, un grupo de teatro al que define como “incómodo” y que ahora está en barbecho. “Tenemos una capacidad brutal de implicación y nefasta de constancia”, añade divertido.
Matxalen de Pedro (Bilbao, 1981) se formó como actriz en el Institut del Teatre de Barcelona y en danza con distintos profesores y hasta hace un año había desarrollado su carrera en Cataluña, en la compañía de títeres y danza Per Poc y otros grupos. “Pero me dieron un pequeño papel en Pilotari, serie de la ETB, y me empezaron a salir trabajos y oportunidades en Bilbao, así que he regresado”, explica. Ha estrenado en el Arriaga Ohean, dirigida por Carlos Parera, con Maskarada, y está en el reparto de ¿Por qué lloras, Marie?, teatro familiar dirigido por Jokin Oregi premiado en la feria Fetén, lo que le augura un amplio recorrido por los escenarios.
En el encuentro de la Red de Teatros Alternativos trabaja en la propuesta RESTOS DE MISS SERIES, coreografía de Bea Fernández. “Estoy encantada con el equipo porque son gente de trayectoria bestial y tengo mucho que aprender de ellos. Es un trabajo muy reflexivo y muy procesual y vivencial. No sabemos cómo será el resultado, pero en tres días de ensayos ya me llevo mucho. Es el proyecto prototípico de Magalia, que vamos construyendo y modificando en cada ensayo”, explica. La única pega que encuentra es que, que al ensayar mañana y tarde, no puede conocer el trabajo que están realizando los otros once grupos.
También trabaja en RESTOS DE MISS SERIES Jorge Lastra (Bilbao, 1976), que estudió teatro en el Bizkaiko Antzerki Ikastegia de Baracaldo y en danza contemporánea y movimiento con Jordi Cortés, Malpelo y Kaiti Duck antes de desplazarse a Bruselas. Ahora mismo también hace cine experimental y acciones directas, ha coreografiado varias piezas (Naranjas del tiempo, con Nacho Montero; Caídos del cielo para cinco intérpretes, Flash, para sus alumnos de Baracaldo) y ha bailado en Bilbao con Blanca Arrieta y la compañía 150 cuerdas. “Me da para vivir, justo pero me da”, señala, “y estoy en un momento dulce, con varios trabajos a la vez y en Magalia haciendo algo muy diferente a lo habitual”.
Del Encuentro en Magalia se lleva un impresión “muy buena, por la sensación de focalización del trabajo aquí encerrados y la energía muy productiva que se está generando; además, he tenido suerte de conectar con gente a la que no conocía de nada y todos estamos compartiendo mucho. El lugar invita, porque no hay posibilidades de distracción aquí encerrados y entras de lleno en los procesos densos de creación en los que estamos implicados”, añade.
La bailarina Izaskun Santamaría Arce (Portugalete, 1972) hace ya años que trabaja en propuestas de danza-teatro, la expresión mayoritaria de la creación contemporánea, de ahí que esté contenta de participar en EL TIEMPO DE LA SED, de María Burgos, una propuesta que analiza la violencia a partir de las matanzas en Ruanda en el año 1994 y en los niños-soldado reclutados a la fuerza, y que le ha exigido incluso boxear. “Estamos trabajando mucho la fisicidad, dejando un poco de lado la danza para que aparezca después desde el movimiento físico, la emoción y las sensaciones. Trabajas aquí más con el corazón que con la técnica”, explica.
Los Encuentros en Magalia le producen, declara, “un revoltijo de emociones, porque nunca antes había vivido la experiencia de compartir con tanta gente de mi mundo y estando todos en lo mismo, tratando de crear”. Además, ha podido intercambiar opiniones sobre las actividades que realiza en Muelle 3, espacio de intercambio, formación y creación de Bilbao, con uno muy similar que tiene en Barcelona la coreógrafa Bea Fernández, La Poderosa. “Seguro que con una comunicación más cercana puedan darse intercambios”, pronostica esta bailarina formada en clásico en Santurtxi con Macutxa de Amézaga y en contemporáneo en Bilbao con Cristina Quijero y Matxalen Bilbao. Tiene en cartel Lilas, con la compañía Organic de Getxo, con quien estrenó +es3, y forma parte del colectivo Sra. Polaroiska, con quien ensaya un trabajo que presentará en breve, en el que intervienen Alaitz Amanzana, María Ibarretxe y Jorge Lastra, con quien se cruza estos días en las galerías del castillo de Las Navas del Marqués.
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