El compositor peraltés Joaquín Taboada Alcalá y el profesor de canto David Echeverría Irigaray son los responsable de Piratas o los niños perdidos, segundo montaje de teatro musical que se monta en la localidad navarra de Peralta y que se estrena los próximos sábado 10 y domingo 11 de abril, a las 18 horas, en la casa de cultura de la localidad.
El mismo equipo artístico montó el año pasado la obra La leyenda de la princesa Sin Amor.
La función de este año gira en torno a un pirata malvado, que se encarga de raptar a niños perdidos y utilizarlos como si fuesen sirenas para atraer a los barcos hacia su cueva y robarles los tesoros. Piratas o los niños perdidos, el título de la obra, tendrá como principales protagonistas a los pequeños, que de edades entre 6 y 12 años, tomarán un papel de esclavos. La maldición que, sobre ellos, echará el pirata, les convertirá en siervos de éste.
Un año es lo que han tardado Taboada y Echeverríaen desarrollar del todo la idea, que surgió el pasado marzo, cuando David Echeverría escribió un texto sobre piratas con su antiguo compañero y amigo Alfredo Fernández. Es en noviembre cuando la pieza pasó a manos del compositor Joaquín Taboada, que tardó cuatro meses en ponerle música. "Es una cantidad de curro brutal para todos. Para los textos, para la música, para los artistas. Vamos armando un puzzle por piezas que ensamblaremos días antes del estreno", dijo Taboada, director musical de la ópera.
El teatro, una producción muy gráfica, está enfocado para ser visto en familia. Con una duración de una hora, la escenografía y el texto ayudan a la comprensión de los más pequeños. Su intención es dar movimiento a los niños, que puedan participar en algo diferente y disfrutar de algo en directo.
Las ilusiones de ambos, actores y músicos, están puestas en esos dos días de primavera, para los que ha funcionado a la perfección un engranaje de equipo. "Todo esto es recíproco porque se aportan ideas sobre lo que podría funcionar mejor o peor. Con la música pasa parecido porque tenemos la elasticidad de trabajar con gente que conocemos", comentan ambos. Reconocen en el hecho de ser un estreno las ventajas de hacer este tipo de aportaciones. A la vez, también existen miedos. "Hay una desventaja porque, a lo mejor, no funciona", afirman al unísono.
Piratas de niños perdidos es una producción propia sin subvenciones. Por eso, la entrada cuesta ocho euros.
La música se ofrece en directo, tocada por un cuarteto de cuerda: dos violines, una viola y un violonchelo, un piano y instrumentos de percusión. Hay partes habladas y cantos.
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