El programa Festa de la Escuela Navarra de Teatro continúa con la representación, sábado y domingo a las 20.00 horas, de El mundillo pirata en la isla del tesoro, una divertida adaptación de la obra de Stevenson que llega de la mano del inconfundible estilo de Pablo del Mundillo, apoyado en las tareas de dirección por Imanol Espinazo.
La entrada cuesta 10 euros.
De la célebre novela de aventuras, Pablo del Mundillo siempre prefirió a los malos, sobre todo al sibilino e inteligente Silver, inevitable referencia para Jim, el protagonista. "Los malos son más teatrales, permiten la salida del clown, del bufón...", cuenta el actor y director, que en este montaje da vida a un Jim ya maduro que, después de haberse gastado gran parte de lo que le tocó del tesoro, regresa a donde comenzó todo a trabajar como tramoyista de un teatro. "El personaje tiene tres edades: en la primera aprendió a vivir, en la segunda vivió de lo aprendido, viajando por todo el mundo, y, en la tercera, recuerda lo vivido", apunta el protagonista, que dota de tres objetivos al viejo Jim: crear un hogar en un lugar que ya conoce, empezar a trabajar en su nuevo e ilusionante oficio y contar la historia del tesoro.
En cuanto a la adaptación, el intérprete destaca que ha sido "muy fiel", aunque como es lógico, dado el carácter de monólogo del espectáculo, se ha apostado por una dramaturgia "muy potente" y una puesta en escena especial en la que Pablo del Mundillo da vida a una decena de personajes, canta, baila, trabaja con máscaras, con objetos... Así por ejemplo, sobre el escenario, las fregonas, los plumeros, los cubos, las escobas abandonan a ratos su existencia cotidiana para llenarse de poesía en este montaje impregnado de humor de principio a fin.
"En un principio quería reciclar material de mis obras anteriores, pero luego vi que era necesario recurrir a una escenografía potente que diera al espectáculo el carácter épico y romántico que tiene la historia", dice el actor, para quien ha sido un placer trabajar junto a Imanol Espinazo, con el que coincide en que el toma y daca ha sido fácil y fluido. Y lo mismo ha pasado con Patricio Röther, encargado de la iluminación, el sonido y la música original. Eso sí, el cómico se sigue declarando "enamorado" de su forma de trabajar, en la que participa en todas las fases, "desde que se empieza a escribir hasta que se reciben los aplausos", y no quiere renunciar a ella, a una seña de identidad que surgió en sus experiencias como cómico de los caminos.
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