lunes, 18 de octubre de 2010

Así nos luce el pelo: sobre los talleres de teatro y otras iniciativas socioculturales en distintas localidades

Me llega una carta que es una reflexión sobre los talleres (entre ellos de teatro) que se programan en distintas localidades y la consideración que de ellos tienen algunos políticos. Por su interés, la reproduzco tal cual.

TALLERES DE CULTURA Y OCIO EN UHARTE

La alcaldía de Uharte trasladó hace poco a la opinión pública, mediante una carta al Diario de Noticias una serie de consideraciones respecto a las tasas municipales y más concretamente, a las relativas a los Talleres de Ocio Creativo del Ayuntamiento de Uharte. Se quejaba de que estas actividades “que no son de primera necesidad” contienen subvenciones, a su parecer, muy elevadas “que en estos tiempos de crisis no nos podemos permitir”.

Detrás de estas consideraciones, temo que se evidencia un desconocimiento y por lo tanto un menosprecio de la labor real que realizan estos talleres. La participación en estos talleres creativos y de ocio genera algo más que satisfacer un “capricho” individual, o la realización de un “hobby” como una forma de “pasar el tiempo”. Estos talleres generan un acercamiento de la ciudadanía a conceptos que por circunstancias de la vida, no han podido desarrollar anteriormente y da la posibilidad de que el ciudadano no sea solo un mero consumidor pasivo de cultura, sino también pueda convertirse en productor.

Desestimar el acercamiento al arte y la cultura como una actividad necesaria es tanto como decir que en “vacaciones solo leen los que se aburren”.

Además, la participación social en el arte y la cultura define a la comunidad que apoya y crea esta participación. Los talleres creativos o de ocio cumplen con unos fines que no solo benefician a los participantes, sino a toda la comunidad. Genera conocimiento y por lo tanto genera comunidades más tolerantes y abiertas. Genera trabajo colectivo y por lo tanto crea asociacionismo y vida social. Genera en muchos casos voluntariado y altruismo. Genera creación. En definitiva, genera comunidades más saludables, cada vez más alejadas de la ignorancia, el individualismo, el egoísmo, la xenofobia o el machismo.

Un ejemplo concreto en Uharte es la participación de la mujer en estos talleres. Cerca de un 90% de las personas que se animan a realizar alguna actividad en los talleres son mujeres. Es evidente que estos talleres, independientemente de lo que puedan generar como arte y cultura, la sola participación en ellos de tanta mujer ya contiene un éxito social en si mismo. Es contradictorio por parte de la Alcaldía crear “áreas de mujer” y “formas de intervención de la mujer en la vida social” y por otro lado cuestionar el beneficio comunitario que genera la existencia de estos talleres.

Uharte se ha destacado durante décadas por ser un pueblo con un sello propio en lo que se refiere al arte y la cultura. Con una sensibilidad especial. Ejemplo de ello es su intensa vida socio-cultural. Algo que las gentes visitantes y los nuevos vecinos y vecinas llegados al pueblo elogian y aplauden. No podemos entender la participación social como una “juerga” que provoca gastos superfluos a “tutiplén”. En todo caso, debería ser exhibido como un valor añadido del pueblo, del cual sentirnos toda la comunidad orgullosos.

Este sistema en el que vivimos nos quiere encerrar en un bucle meramente mercantilista: trabajar para consumir, consumir para trabajar. Pero afortunadamente hay personas que además del trabajo, la Tv y el centro comercial, entienden que pueden y deben darle un mayor sentido a su vida. Y encuentran en el arte y la cultura ese espacio necesario, colectivo, creador y liberador. Entienden que el arte y la cultura no puede ser solo un mero producto de consumo. La participación social en actividades que nos hacen ser mejores personas crea a su vez comunidades más democráticas, cultas y libres. Algo, a mi entender, de primera necesidad en este mundo en el que vivimos.

JOSU CASTILLO.
Alumno del Taller de Teatro de Uharte y miembro del grupo de Teatro Amateur Kromlech.

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