Este viernes 3 de octubre, a las 22 horas, hay una cita imprescindible:
Teatro de Ansoain. Una oportunidad para Zarraberri, de Maite Pérez Larumbe, + Cuota líquida, de Víctor Iriarte. Un espectáculo interpretado por Jesús Idoate, Pablo del Mundillo y Virginia Cervera y dirigido por Víctor Iriarte.
Obras seleccionadas en el I Concurso de Escritura Teatral del Teatro Gayarre de Pamplona y estrenadas en el Teatro Gayarre y en el teatro Òran Mor de Glasgow (Escocia) en 2008. Producido por Ambigú Producciones. En cartel en Navarra y el País Vasco en 2008 y 2009.
La crítica ha dicho...
Maite Pérez Larumbe compone una pieza muy divertida, preñada de ironía sobre un papanatismo muy nuestro y sobre ciertos modos de compadreo institucional y de manejo de los caudales públicos que tampoco nos son ajenos. La obra tiene momentos impagables, especialmente al final, con un Pablo del Mundillo (el vendedor) totalmente desquiciado en su pretensión de metersela doblada a la corporación zarraberritarra.
Pedro Zabalza, Diario de Noticias, 20-II-2008
Un nuevo trabajo de Víctor Iriarte, Cuota líquida. Tras este título que puede parecer algo ambiguo, oscuro o demasiado técnico, según se interprete, se encuentra una comedia descacharrante, llena de referencias que el espectador local reconocerá al instante. (...) Y si algo debo destacar del texto por encima de su notable calidad, es la capacidad extraordinaria de Iriarte para crear diálogos verosímiles e ingeniosos.
Pedro Zabalza, Diario de Noticias, 19-I-2008
Seguro que no se te ocurriría bajar a un oscuro sótano para recibir un rayo del sol español, pero eso es exactamente lo que se ofrece esta semana en la temporada de teatro de la hora de la comida de Òran Mor. Dos nuevas obras desde Pamplona traen un poquito del color y el humor de la región vasca a Glasgow. Limbo, de Víctor Iriarte, habla de un informático frenético intentando acabar su declaración de la renta mientras reflexiona sobre el viaje moral y financiero que ha tomado su vida. Y Zarraberri, de Maite Pérez Larumbe, describe una población rural donde los residentes tratan de engañar a un gestor cultural de Madrid para que les construya un edificio singular.
Maureen Ellis, Evening Times,18-V-2008
Traducidas por Chris Dolan, estas dos obras provenientes de Pamplona son una gozada cómica. Las excelentes interpretaciones de John Kazek, Ros Sydney y Simon Scott y algunos golpes cómicos de gran efecto proporcionan a ambas obras cortas más efectividad de la esperada en un principio.
Alan Chadwick, Metro, 20-V-2008
Dos piezas cortas españolas se han convertido en un plato excepcional del ciclo “teatro, pincho y pinta” de sesiones teatrales a la hora de la comida. (...) Ofrecen una sucesión de chistes y cada obra a su manera, muestran una profundidad satírica dentro en lo que es esencialmente un subtexto absurdo. Zarraberri, de Maite Pérez Larumbe, ofrece un discurso irónico sobre idioteces burocráticas que, haciendo un pequeño guiño a la arquitectura española, es infinitamente más potente que los imbéciles que gestionan estas actividades. Limbo, de Víctor Iriarte, ofrece un tercio de pesadilla kafkiana, un tercio de comedia de situación al estilo de Alan Bennett y un tercio de farsa mágico-realista. Son dos mini comedias de situación agradables y ligeras con un evidente encanto. Sin embargo, tienen cierta perversidad más allá de la comedia y ambas saben golpear donde más duele.
Neil Cooper, The Herald, 21-V-2008
Pensemos lo que pensemos de la doble entrega de Oran Mor de esta semana, no podemos acusar a estas dos ultra cortas obritas de “Pieza, Pincho y Pinta” venidas del teatro hermano de Pamplona de mirarse al ombligo. Traducidas del español por Chris Dolan, tanto Zarraberri como Limbo se zambullen directamente en temas de actualidad de la vida y política de España. En Zarraberri, de Maite Pérez Larumbe, es el mundillo hilarante de la regeneración local gracias a las artes. En Limbo, Víctor Iriarte ataca sin piedad a la cada vez mayor distancia entre la España moderna y la iglesia católica. (...) Los actores parecen recibir energía de la malicia intencionada de ambas propuestas; y para el final de la semana esta explosión de satira posmoderna europea habrá posiblemente madurado para convertirse en unos grandes 50 minutos de hilarante teatro, no solamente ocurrente, sino inteligente.
Joyce McMillan, The Scotsman, 21-V-2008
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