Hoy concluye el Festival Teatro Gayarre: Otras miradas, otras escenas, con Urtain, coproducción del Centro Dramático Nacional y Animalario, escrita por Juan Cavestany y protagonizada por Roberto Álamo, a quien entrevista Diario de Noticias. Urtain disputó 68 combates, con 53 victorias, 41 de ellas por KO, 11 derrotas y 4 nulos. La España de Franco lo utilizó y el país lo abandonó cuando dejó de ser útil.
Entradas: 21, 18 y 6 euros. Quedan algunas a la venta. Merece la pena.
Os pongo la información que inclui en el blog antes del estreno, y un resumen de las palabras de Álamo:
"Urtain era el personaje público, la marca para vender, y José Manuel Ibar era el ser humano que estaba detrás de todo eso y que se quedó solo cuando el símbolo dejó de interesar y de ser rentable".
"Hay que tener en cuenta que Urtain era un levantador de piedras muy fuerte y, luego, boxeador de los pesos pesados, así que tenía que transformarme para que la gente que viera la obra pensase que yo podía ser él".
"Entre otras cosas, la obra se cuestiona de dónde venían la violencia y el miedo de la educación que se daba en la España de los 40 a los 70. Y se indaga en las causas. El miedo y la violencia producen más miedo y más violencia y destruyen la sensibilidad y la fragilidad del ser humano. Imagínate lo que supuso esa educación en los hombres de aquellos años".
También se aborda la fugacidad del éxito y el daño que esto puede hacerle a una persona que un día está arriba y otro abajo.
"Nadal, con Alonso, con Casillas... Son deportistas de éxito, guapos y millonarios. Y por todo ello se les convierte en mitos. Sin embargo, hay diferencias. Seguramente, los que he mencionado sabrán gestionar bien su pasta, tienen ayuda y una cierta base cultural; pero el caso de José Manuel fue muy distinto. Lo sacaron de la aldea con 23 años y, en cuestión de unos meses, al chico, que tenía una base cultural paupérrima, le dieron dinero, coches, mujeres... Y cuando dejó de interesar, a los siete u ocho años, le quitaron todo. Lógicamente, se vio solo, en el aire, no tenía dónde apoyarse y comenzó la caída en barrena".
"Hay gente que dice que en Animalario hacemos teatro político, pero yo creo que nuestro eje es intentar hablar sobre lo que le pasa al ser humano: qué nos impide ser más felices, qué nos impide amar y ser amados. Ahí está la clave de todo. Y, para nosotros, esas cuestiones se encuentran en temas que suceden hoy en día".
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