lunes, 16 de noviembre de 2009

Manifiesto en defensa de las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería, en riesgo de desaparición

Att. D. Luis Rogelio Rodriguez (Alcaldía de Almería)
Dª Lola de Haro (Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Almería)
D. Juan Carlos Usero (Presidente de la Diputación de Almería)
Dª Caridad Herrerías (Diputada de Cultura de la Diputación de Almería)
D. Pedro Molina (Rector de la Universidad de Almería)
Dª Yolanda Callejón (Delegada de Cultura de la Junta de Andalucía)
D. Pedro del Águila (Responsable de la Obra Social Unicaja en Almería)


Llamo su atención sobre el riesgo de desaparición por el que pasan las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería, que son, como bien sabe, uno de los festivales anuales más importantes en su género dentro del panorama internacional, tras 26 ediciones celebradas. Es inconcebible la falta de interés de las instituciones –como la que usted representa–, que deberían sentirse obligadas a amparar un proyecto tan ambicioso y fructífero como el que Antonio Serrano y su equipo han hecho posible durante más de un cuarto de siglo, fundamentalmente a base de empeño personal, entusiasmo y competencia.

Cuesta creer que ocurra esto cuando vivimos un tiempo en que el teatro clásico se ha hecho una realidad en la vida cultural española, gracias al buen trabajo desarrollado durante las últimas décadas por parte de diversas personas y entidades, entre las que hay de destacar, de manera indiscutible, a Antonio Serrano y las propias Jornadas de Almería. Hoy los dramaturgos del Siglo de Oro tienen un hueco en las carteleras y han visto proliferar los festivales específicos, para muchos de los cuales el de Almería ha servido de estímulo y de modelo. Es absurdo que esto pueda ocurrir ahora que los vientos son más favorables tanto a los clásicos como al teatro en general, quizá porque empezamos a desear con fuerza que nuestras vidas no sean solo virtuales, sino que haya algo que nos despegue de las pantallas y nos saque de las casas para encontrarnos con los demás, participando en algo que ocurre de verdad.

Almería parece apuntada a lo increíble. Lo era, sin duda, aquella empresa cultural que comenzó hace 26 años, cuando muy pocos apostaban por el teatro clásico español. Se hacía un milagro que las Jornadas pudieran sobrevivir año tras año. Pero llegó un momento en que terminamos por considerarlas definitivamente consolidadas, dispuestas a alcanzar bodas de plata y hasta centenarios. Esto se vivió así de manera especial cuando en el 2008 celebraron el 25 aniversario en medio del alborozo y la adhesión de espectadores, estudiantes, profesionales y especialistas de las artes escénicas, de dentro y fuera de España. Y ahora nos vemos sacudidos por la conciencia de su insoportable levedad, suscitada por la noticia de su posible desaparición. De nuevo resulta increíble, aún más que su surgimiento en la penuria, su absurda extinción en la bonanza.

Nada está perdido definitivamente. Aún es posible que las administraciones implicadas se den cuenta de una vez por todas de la suerte de poder contar con un tesoro cultural de tanta fuerza y proyección internacional, cuando pueblos y ciudades de todas las partes de Europa buscan o inventan productos culturales que les hagan visibles en los medios de comunicación y atraigan visitantes, conscientes de que la industria cultural es una apuesta firme de futuro en las sociedades desarrolladas. Esa conciencia de su importancia debe llevar a asumir la obligación de preservar las Jornadas y hacerlas crecer. Lo que comporta indefectiblemente que se normalice su estatuto legal y económico, mediante la creación de un patronato o una fundación que garantice su supervivencia. En su mano está hacerlo posible.

Por todo ello le pido encarecidamente que se ponga en contacto con el resto de instituciones y entre todas hagan por proteger las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería. No sigan dándole la espalda a la cultura, no sigan sordos a las exigencias de los ciudadanos. Están a tiempo de rectificar los errores del pasado.

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