Las cosas que forman nuestro carácter son las que permanecen encerradas en nuestra memoria, situaciones y eventos que hemos experimentado y que se han convertido en recuerdos. Las cosas que recordamos a veces tienen su origen en el deseo de los nuestros por recordar. Incluso los eventos en los que nosotros éramos el centro llegan a nuestra memoria a través de la memoria de otros. Lo recolectamos para nosotros mismos desde la memoria de otros, desde las historias que nos cuentan.
Aquellos que poseen una gran imaginación son más propensos a recordar cosas que ni siquiera han vivido, pero que a través del poder de esa memoria imaginativa se convierten en real y en una experiencia personal que se recuerda fácilmente.
En el teatro encontramos de nuevo todos esos recuerdos, los reales y los que son producto de la imaginación personal y colectiva. Ese es el poder del teatro, el poder de elevar la conciencia, las asociaciones, las emociones, los bloques de recuerdos. El teatro es una de las formas de arte más importante dentro de la vida cultural de la sociedad, puesto que está ligada a todas las esferas de la vida humana. En el teatro para niños y niñas, la joven audiencia encuentra no sólo una realidad familiar, sino que también encuentra una realidad nueva y desconocida. Se empapan de impresiones refrescantes y descubren nuevas posibilidades, la formación de nuevas experiencias de vida.
El teatro profundiza y enriquece la sensibilidad de los niños y niñas por medio del encuentro con lo familiar, un mundo cercano que les es conocido.
El teatro amplía los horizontes de los más pequeños ayudándoles a elevarse sobre las alas de la imaginación a mundos desconocidos, distantes, extraños y encantados. Una visita al teatro crea en las jóvenes audiencias una memoria colectiva emocional e intelectual, vestigios de asociaciones lingüísticas, visuales e ideológicas.
En el teatro, los niños y niñas reviven no sólo sus memorias (recuerdos) y sus sueños personales, sino que también reviven las memorias (recuerdos) y los sueños de la familia humana, de sus antepasados, de su nación, de toda la humanidad. El teatro para niños y niñas en nuestro mundo multicultural juega un papel importante en los fundamentos culturales comunes, que acercará todo lo demás; a través de sus valores universales se puede transportar un mensaje de la belleza en los seres humanos, y a través de la actuación, expresa el secreto de la dicha, la niñez, el anhelo y la esperanza.
Orna Porat es una de las fundadoras de ASSITEJ Internacional y presidenta de honor de ASSITEJ Israel. Es fundadora el Teatro para Niños y Jóvenes Orna Porat y ha sido galardonada por sus logros en el teatro y por su contribución al teatro para los más pequeños en Israel, premios entre los que se encuentra el Premio Israel por los logros de toda una vida por fundar el teatro para niños en 1979, entre otros. Porat se unió al Cameri Theatre en 1984, donde entre sus trabajos se encuentran los papeles principales en Lady Precious Stream, de S.I. Hsiung; Saint Joan, de George Bernad Shaw; The Good Woman of Setzuan, de Bertolt Brecht; Mary Stuart, de Friedrich Schiller; Electra, de Euripides, o Death of a Salesman, de Arthur Miller. Orna Porat también ha actuado en Habimath, el Beer-Sheva Municipal Theater, en Beit Lessin y en el Yiddish Theater. Desde su jubilación en 1984, ha seguido trabajando, apareciendo en varias producciones como Love Letter (Like a Chinese Torture), Her Last Days o Stolen Waters. También ha aparecido en la gran pantalla, en 1973 en una película alemana sobre Janusz Korczak, además de aparecer en las películas israelís Into the Night y La bella durmiente.
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