martes, 12 de octubre de 2010
In memoriam: Manuel Aleixandre, actor (1917-2010)
El actor madrileño Manuel Alexandre, uno de los más grandes secundarios de la historia del cine español e intérprete de películas como Bienvenido, Mr. Marshall, Calle mayor o Amanece que no es poco, ha fallecido a los 92 años después de varios días ingresado debido al cáncer que padecía.
Alexandre trabajó en 312 películas, en obras de teatro como Luces de bohemia o Atraco a las tres y series de televisión como Fortunata y Jacinta o Los ladrones van a la oficina.
Manuel Alexandre Abarca, nacido el 11 de noviembre de 1917, debutó en 1945 sobre los escenarios y en 1953 en la gran pantalla con Bienvenido, Mr. Marshall, de Luis García Berlanga, quien lo convirtió en un habitual de su filmografía a través de títulos como Calabuch, Los jueves, milagro, Plácido, Tamaño natural, Todos a la cárcel y París-Tombuctu.
Los otros dos nombres fundamentales en su carrera fueron Fernando Fernán Gómez y José Luis Cuerda. Al ver actuar al primero decidió que él también sería actor y juntos trabajaron en Fuera de juego, Pesadilla para un rico o Lazarillo de Tormes. Y con Cuerda exploró su gentil veteranía en El bosque animado, Amanece que no es poco, La marrana o Así en el cielo como en la tierra.
Otros títulos clásicos de la filmografía española que también contaron con la presencia de Alexandre fueron Calle mayor, de Juan Antonio Bardem, Extramuros, de Manuel Picazo, Madregilda, de Francisco Regueiro, El año de las luces, de Fernando Trueba, y optó al Goya al mejor actor por Elsa y Fred en 2005. Medalla del Mérito de las Bellas Artes en 2002, Goya de Honor 2003 y merecedor de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio en 2009, su último gran papel fue el de Francisco Franco en la serie 20-N y se despidió del cine con Campamento Flipy, de Rafa Parbus.
Manuel Alexandre fue el actor que siempre estuvo allí, nutriendo con magistral discreción los mejores títulos de la cinematografía española, desde Bienvenido Mr. Marshall a El bosque animado, y sintetizando con un gesto las bondades del hombre humilde y la sabiduría emocional del iletrado. "He hecho 312 películas y siempre me lo he pasado muy bien. En mi profesión, me ha gustado hacerlo todo muy sencillo pero muy distinto", reconocía hace un año. Sencillez, discreción y ductilidad fueron adjetivos que se ajustaban al que, por justicia, se convirtió en uno de los mejores "robaescenas" del cine español.
Alexandre, como toda una generación de grandes rostros del cine español, había cambiado la calidad de secundario por la de imprescindible, convirtiéndose en un factor común que hila los clásicos nacionales más destacados. Y así, para toda una generación, y también a través del teatro y la televisión, se convirtió en esa presencia habitual que no se sabía si estaba en la pantalla o sentado en la mesa a la hora de comer. "En España no se puede elegir papeles porque si no se pasaría mucha hambre", explicaría este actor que participó asimismo en numerosas comedias de las apodadas "españoladas" o cintas colindantes con el "destape" como Tocata y fuga de Lolita.
Comenzó estudios de Periodismo, pero el estallido de la Guerra Civil española interrumpió su formación. Finalizada la contienda, dio clases de Declamación en el Real Conservatorio de Madrid, compartiendo aula con talentos de la altura de Fernando Fernán Gómez y Rafael Alonso. "Yo soy actor por Fernando Fernán Gómez". "Lo decidí cuando vi a mi amigo recitar unos versos en la escuela de Carmen Seco. No había visto nunca a nadie antes leer así poesía. Desde entonces yo ya no recito", aseguraba.
Fernán Gómez contó con él para títulos como Pesadilla para un rico o Fuera de juego, y compartieron el éxito de la serie de televisión Los ladrones van a la oficina, pero quien le dio la oportunidad de aparecer por primera vez en una pantalla fue otro esencial de su trayectoria: Luis García Berlanga.
Su infatigable dedicación a la profesión no hizo descender su ritmo de trabajo en el siglo XXI: títulos destacables de este período son El caballero Don Quijote, de Manuel Gutiérrez Aragón, Cabeza de perro, de Santiago Amodeo; Incautos, de Miguel Bardem, o ¿Y tú quién eres?, donde interpretó a un enfermo de Alzheimer a las órdenes de Antonio Mercero y junto a José Luis López Vázquez.
Alexandre, que luchó en el batallón del general Miaja contra la toma de Madrid por parte del bando fascista, ofreció su última gran interpretación encarnando a Francisco Franco en la serie de televisión 20-N.
Pero ni cine ni televisión, él fue siempre un hombre de teatro. "No suelo ir al cine, lo que me gusta de verdad es el teatro, una rareza de un hombre joven como yo", reconocería entre bromas en sus últimos años de vida. Gracias a la televisión y a la popularidad del espacio Estudio 1, también colaboró en la difusión de grandes obras teatrales como Eloísa está debajo de un almendro, La venganza de Don Mendo o La fierecilla domada. "Agradezco que mi nombre se haya unido a la palabra que más admiro de la lengua castellana: la cultura", dijo al recibir un premio en 2008. Y es que Alexandre fue acreedor de innumerables reconocimientos, entre ellos el Goya de Honor, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, que recibió de manos del presidente del Gobierno, quien le definió como "superviviente de una estirpe maravillosa de actores".
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