jueves, 22 de mayo de 2008

El tenor Roberto Alagna, máxima figura mundial, ofrece un recital de arias de Verdi en Baluarte el domingo a las 20 horas

Viva Verdi es el título del recital que Roberto Alagna, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Navarra y con la dirección de David Giménez, ofrecerá el próximo domingo a partir de las ocho de la tarde en Baluarte. El recital será la primera de las tres citas con el tenor francés quien ofrecerá el mismo programa en el Théatre des Champs Elysées de París y en el Teatro Real de Madrid.

Todavía quedan entradas a la venta en taquilla, www.baluarte.com y en el teléfono: 902 33 22 11 al precio de 48/40/ y 32 euros.

Alagna estará acompañado por la Orquesta Sinfónica de Navarra y la dirección del recital correrá a cargo de David Giménez Carreras. El programa Viva Verdi incluye arias y oberturas y preludios de las óperas Rigoletto, La Traviata, Aida,La forza del destino, Macbeth, Luisa Millar y Otello. La cita lírica de este domingo en Baluarte es una de las indispensables de la temporada.

El tenor Roberto Alagna (Clichy-sous-Bois, Francia, 1963) apenas necesita presentación: es uno de los grandes tenores europeos de la escena actual por la belleza y luminosidad de su timbre, su musicalidad, su dominio estilístico y su amplio repertorio. A pesar de que su nombre acaparó titulares de medio mundo en diciembre de 2006 por su repentino abandono del escenario de La Scala de Milán durante la segunda representación de la ópera Aida, Alagna es una de las voces mejor cotizadas del panorama operístico.

Roberto Alagna nació en un suburbio de París en el seno de una familia siciliana pobre. Siempre se sintió desarraigado, como si no perteneciera a ningún país: en Francia le decían que era italiano, y viceversa. Tenía el corazón dividido entre dos culturas, hecho del que ha sabido sacar provecho: en su voz combina la energía volcánica del temperamento siciliano y la elegancia del estilo francés, lo cual le hace ser diferente. Alagna bebió la música desde pequeño.

Comenzó su formación, autodidacta, escuchando discos de sus tenores preferidos, entre los que Beniamino Gigli y Nicolai Gedda fueron los que más influyeron en él. Fue guiado en sus inicios por el fundador del Festival de Aix-en-Provence y reconocido descubridor de talentos, Gabriel Dussurget, y fue alumno de Rafael Ruiz. Cursó estudios musicales en París y antes de comenzar su carrera operística cantó en los cabarets parisinos, con un repertorio que incluía tanto canciones populares como arias de ópera.

Su carrera profesional despuntó a partir de 1988, tras obtener el primer premio del Concurso Internacional Luciano Pavarotti en Filadelfia. Ese mismo año realizó su debut en el rol de Alfredo en La Traviata, de Verdi, con la Glyndebourne Touring Opera Company en Inglaterra, aunque se dio a conocer mundialmente dos años después al debutar en la Scala de Milán, con la misma obra y bajo la dirección de Ricardo Muti. A partir de ese momento su carrera siempre ha sido ascendente: ha interpretado a Rodolfo en La Boheme, rol con el que debutó en el Covent Garden de Londres (1992), el Metropolitan de Nueva York (1996), el Liceu de Barcelona, la Ópera de Montecarlo y nuevamente a la Scala de Milán. Al principio de su carrera Roberto Alagna interpretó roles pertenecientes al repertorio de tenor lírico y al avanzar ésta, agregó papeles de tenor lírico-spinto, como Don José de Carmen, Canio de I Pagliacci, Manrico de Il Trovatore y Cavaradossi de Tosca, entre otros.

En total, Roberto Alagna lleva 20 años de carrera; dos décadas en las que el público ha podido comprobar el carácter explosivo y temperamental del tenor, pero también su inmenso romanticismo, tanto dentro como fuera del escenario.

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